Científicos crean un material biodegradable que podría eliminar los microplásticos

Científicos crean un material biodegradable que podría eliminar los microplásticos

La contaminación por microplásticos es uno de los desafíos ambientales más duros que atraviesa el planeta en la actualidad. Es por eso que un equipo de científicos de Japón y Países Bajos se dio a la tarea de crear un material biodegradable capaz de disolverse en agua salada que evite la formación de estos residuos tóxicos. 

Este avance fue publicado recientemente en la revista científica Science y generó una gran ilusión entre la comunidad científica y los miembros de organizaciones ambientalistas como Greenpeace, ya que se trata de un invento que podría marcar un antes y un después en la lucha contra la contaminación plástica. 

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que en todo el mundo se producen ¡460 millones de toneladas de plástico al año! La gran mayoría terminan siendo descartados en los océanos, donde pueden persistir durante siglos mientras se van descomponiendo en fragmentos microscópicos que son ingeridos por la vida marina y finalmente llegan a la cadena alimentaria humana. 

Pero además, tanto la forma de producción (al ser derivados del petróleo) como la degradación de estos plásticos contribuyen a generar gases de efecto invernadero, por lo que son una de las mayores causas que exacerban el cambio climático. Los nuevos materiales biodegradables podrían mejorar las expectativas del planeta al disolverse por completo en agua salada y liberar nutrientes beneficiosos en los suelos.

Microplásticos: un problema de nunca acabar para el planeta

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), solo durante 2021 se produjeron 400 millones de toneladas de plásticos. De ese total, apenas un 9% acabó siendo reciclado. ¿El resto? Se fragmentó lentamente afectando de forma irreversible los océanos y la biodiversidad marina.

De hecho, diversos estudios científicos han encontrado restos de microplásticos en los sistemas digestivos de ¡más de 220 especies marinas! Desde los estómagos de peces y moluscos, ingresan a la cadena alimentaria y llegan, finalmente, al ser humano. Pero además, los microplásticos han sido detectados en agua potable, alimentos, e incluso en la sangre y tejidos humanos. Su impacto en la salud humana también ha sido largamente documentado: se asocia con riesgos como inflamaciones, alteraciones hormonales y daños celulares. 

Pero tal vez el efecto más devastador para el planeta tenga que ver con los gases de efecto invernadero (como el metano y el etileno) liberados por el plástico tanto durante su producción como mientras se degradan. Y a pesar de que existen iniciativas para deshacerse de ellos, como el reciclaje y la incineración, estas solo cubren el 12 % y 10 % de la producción total. El resto acaba acumulándose en vertederos, cuerpos de agua o directamente en el ambiente.

¿Por qué los plásticos biodegradables actuales no sirven?

A pesar de los avances que se han ido consiguiendo a lo largo de los años, plásticos biodegradables como el ácido poliláctico (PLA) tienen limitaciones que afectan al medioambiente. Para empezar, no son capaces de degradarse en ambientes marinos. Pero además, requieren de condiciones específicas de compostaje industrial para poder descomponerse.

En cambio, el nuevo material desarrollado por el equipo japonés puede disolverse por completo en agua salada, a la vez que libera nutrientes como el fósforo y el nitrógeno al océano. De esta forma no solo se evita la formación de microplásticos, sino que además se devuelven substancias vitales a los ecosistemas marinos. 

¿Cómo están conformados los nuevos plásticos degradables?

Los expertos describen a este nuevo material como un plástico supramolecular. Esto quiere decir que está compuesto por monómeros iónicos que forman puentes de sal entrecruzados. Además de la capacidad de descomponerse en contacto con el agua salda, esta estructura le otorga características únicas, como fuerza y flexibilidad.

Otra gran ventaja es su adaptabilidad, ya que este material puede utilizarse en diferentes aplicaciones, desde impresiones 3D hasta dispositivos médicos. Según Takuzo Aida, líder del equipo de investigación, se trata del puntapié inicial hacia una nueva era en la producción de plásticos sostenibles, por lo que este nuevo plástico podría convertirse en el estándar con el que se comparen los próximos productos “verdes”.