Meteorólogo advierte sobre el futuro del clima tras las inundaciones en Estados Unidos

Bombera cargando a un niño en brazos durante una inundación, con otros rescatistas en el fondo caminando por una calle anegada.

Mientras decenas de comunidades aún intentan reponerse del golpe de las últimas tormentas, una advertencia clara se eleva entre las aguas: el cambio climático no sólo llegó, sino que ahora transforma el modo en que vivimos y, especialmente, en que sobrevivimos.

“Esté atento a su entorno. Prepárese para inundaciones y calor, incluso en situaciones que quizás no haya considerado antes, y preste atención a esas advertencias: pueden salvarle la vida”, afirma el meteorólogo Sean Sublette, consultado por la radio pública en medio de las trágicas noticias que llegan desde Texas y Carolina del Norte.

En apenas días, lluvias torrenciales convirtieron pueblos enteros en zonas de desastre. En Ruidoso, Nuevo México, las precipitaciones desbordaron el paisaje montañoso. Pero el impacto más crudo se vivió en Texas: el río Guadalupe subió más de seis metros en menos de una hora durante el 4 de julio, dejando un saldo de más de 120 personas fallecidas.

“Más vapor de agua se transforma en lluvia intensa”, explica Sublette. Según el especialista, los datos de las últimas cuatro décadas muestran un patrón claro: las precipitaciones extremas se intensifican, y las inundaciones de hoy ya no pueden compararse con las de hace 50 años.

La meteorología moderna cuenta con modelos informáticos y sistemas de predicción que, si bien han mejorado, enfrentan un límite: la escala. Las inundaciones repentinas —como las ocurridas en estas semanas— son fenómenos localizados que duran apenas unas horas. “Es mucho más difícil anticiparlas con precisión”, señala el meteorólogo.

Advertencias que no siempre llegan a tiempo

Sublette se pregunta si quienes estaban en riesgo sabían lo que significaba esa alerta. “Hay una pérdida de información entre el pronóstico y el usuario final. Ahí es donde el sistema está fallando”, advierte.

A eso se suma una preocupación estructural: los recortes al presupuesto federal que afectan a las oficinas del Servicio Meteorológico Nacional. 

“Estamos desmantelando las redes de seguridad sin saber cuándo se caerá la rueda del coche”, graficó Sublette.

El clima futuro ya está aquí

Lo que inquieta a este meteorólogo no es una sola tormenta, sino el panorama general: “Mientras sigamos usando combustibles fósiles para transporte, energía e industria, el planeta seguirá calentándose”. Y con ese calor llegarán lluvias más violentas, olas de calor más letales y sequías más severas.

“Lo que antes no ocurría, ahora empieza a ocurrir”, concluyó en Climate Inside.