La actividad turística contribuye a cerca del 8% de las emisiones mundiales de carbono. Es por ello que nunca ha existido otro momento más oportuno para adoptar prácticas de turismo responsable en pos del futuro del planeta.

Turismo responsable: una tendencia en auge en el mundo de los viajes
A medida que la crisis climática gana impulso y nos enfrentamos a un número creciente de eventos climáticos extremos, el concepto de turismo responsable ha ganado gran apoyo.
Esta práctica contribuye con alrededor del 8% de las emisiones globales de carbono, siendo su huella originada por diversas actividades, tales como los desplazamientos aéreos, travesías marítimas, la fabricación de recuerdos y la hostelería, entre otras.
En lo que respecta al medio ambiente, la preservación cultural y los impactos socioeconómicos, el turismo responsable ofrece un enfoque más sostenible y ético para viajar que beneficia tanto a los viajeros como a los destinos que visitan.

8 formas prácticas de generar un impacto positivo durante las vacaciones
- Evitar volar a destinos cercanos. Optar por métodos de transporte más sostenibles al viajar a destinos cercanos, como trenes, autobuses o el uso compartido de vehículos, es la clave para reducir la huella de carbono y contribuir a emisiones más bajas.
- Reservar vuelos sin escalas siempre que sea posible al viajar en avión. Esto disminuye las emisiones totales de carbono asociadas al evitar despegues y aterrizajes, fases en las que se consume más combustible.
- Extender la duración de las vacaciones en lugar de planificar varios viajes cortos a lo largo del año. Esto reduce así el impacto ambiental causado por vuelos frecuentes.
- Hacer uso del transporte público, bicicletas o caminando una vez que se llega al destino, reduce la congestión, la contaminación y permite una experiencia más auténtica desde la perspectiva local.
- Usar el aire acondicionado de manera moderada o la calefacción en alojamientos, contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y marca una gran diferencia con pequeños ajustes.
- Optar por alimentos locales durante los viajes para respaldar a los agricultores locales, reduce la huella de carbono asociada al transporte de alimentos y evita el desperdicio mediante el control de las porciones.
- Resistir la tentación de adquirir recuerdos fabricados en masa y buscar artículos únicos elaborados localmente que reflejen la cultura y el patrimonio de la región, apoya así a los artesanos locales y evita contribuir a los residuos plásticos.
- Elegir alojamientos que prioricen la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental, supervisa y controla sus residuos, implementa prácticas de reciclaje, reducción y eliminación de desechos, y educa a los huéspedes sobre el turismo responsable.
Ejemplos de turismo responsable
- En España, existen sitios muy comprometidos con la conciliación del turismo y la preservación de la naturaleza. Tal es el caso de la región de Vitoria-Gasteiz, La Rioja Alavesa, Los Pirineos y lo que actualmente se conoce como la España vaciada: Cáceres, León, Teruel o Zamora; entre otros.
- Islandia, referente en el empleo de fuentes de energía renovables, es otro país ejemplo de turismo sostenible y responsable. Ofrece actividades para concientizar y que permiten valorar su belleza natural como: avistamiento responsable de ballenas y focas, senderismo, excursiones a glaciares o para ver las auroras boreales.
- En Werfenweng, Austria, se ha impulsado de manera significativa la implementación de energías limpias en el ámbito del transporte y el turismo.
- Groenlandia sobresale como destino turístico ecológico, ofreciendo emocionantes deportes de aventuras y actividades sostenibles como caminatas, avistamientos responsables de cetáceos y rutas guiadas en kayak.
Beneficios del turismo responsable
El turismo responsable conlleva beneficios significativos tanto a nivel social como ambiental, impulsando la transición hacia un modelo de economía circular, ética y respetuosa con el medio ambiente.
- Minimiza las consecuencias adversas sobre el entorno natural.
- Incentiva y respalda prácticas de consumo conscientes, opuestas al consumismo predominante en décadas anteriores.
- Produce impactos positivos tanto en el ámbito social como en el ecológico, beneficiando a la flora, fauna y los ecosistemas.
- Facilita la supervisión continua para la preservación del medio ambiente, con la participación activa de la ciudadanía en procesos de vigilancia y control.
- Fomenta el aprecio por las comunidades locales, sus expresiones culturales y tradiciones, evitando posibles tensiones entre el turismo y la población residente. Asimismo, impulsa la economía local y el comercio de proximidad.
- Constituye una nueva fuente de oportunidades laborales, contribuyendo al desarrollo económico en el ámbito local y regional.
- Promueve activamente la conservación no solo del patrimonio cultural, sino también del histórico y natural de la región visitada.
- Aprecia y destaca el valor de las zonas rurales, generando una mayor conciencia social acerca de la importancia de su preservación y cuidado.

El turismo responsable no se trata de sacrificar el disfrute de las vacaciones, sino de tomar decisiones conscientes que mejoren la experiencia de viaje al tiempo que minimizan los impactos negativos.