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Causas, consecuencias y soluciones para detener la deforestación

Causas, consecuencias y soluciones para detener la deforestación

La deforestación es la destrucción de la cubierta forestal con el fin de generar espacio adicional para la agricultura, la ganadería, la minería o para crear centros urbanos e infraestructura vial y eléctrica. 

¿Cuáles son las causas, consecuencias y soluciones para esta problemática que afecta a todo el mundo? En este artículo lo desarrollamos.

Deforestación: el enemigo de los bosques

Los terrenos donde se producen la tala y quema de árboles, se destinan principalmente para operaciones de minería, extracción de petróleo, construcción de presas, expansión de las ciudades u otros tipos de desarrollo humano. Con esto, lo único que se consigue es la destrucción de cerca de la mitad de los bosques originales del mundo y se pone en peligro a millones de animales y seres vivos.

De acuerdo con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en el periodo de 2000-2010, se registró una pérdida neta de bosques de 7 millones de hectáreas anuales en los países tropicales y, como consecuencia, un aumento neto de los terrenos agrícolas de 6 millones de hectáreas al año.

La mayor pérdida neta de los bosques y el mayor incremento de terrenos agrícolas durante este periodo se produjeron en el grupo de países de ingresos bajos, donde las poblaciones rurales están aumentando. Es importante destacar que los bosques cubren el 31% de la superficie terrestre de nuestro planeta, produciendo oxígeno vital para todos los seres vivos. Por esta razón, urge controlar el atroz deterioro de los mismos.

¿Cuáles son las causas y consecuencias de la deforestación?

Existen diversas causas que contribuyen a la deforestación, siendo una de las principales la necesidad de la expansión urbana y la construcción de viviendas y urbanizaciones.

Por otro lado, las empresas encargadas de construir represas inundan extensas áreas boscosas con el agua de los embalses, mientras que la agricultura y la ganadería provocan la tala de vastas extensiones de bosques. Las plantaciones industriales, como las de celulosa, madera y palma aceitera, reemplazan áreas ricas en biodiversidad, principalmente en bosques templados, con monocultivos y especies exóticas.

Las industrias madereras, como las productoras de papel, cerillas y muebles, también son responsables de la deforestación, ya que demandan grandes cantidades de madera sin llevar a cabo la reforestación necesaria para compensar sus actividades.

Por otro lado, las industrias petroquímicas utilizan la madera para producir aceite de palma, que se emplea en alimentos y comidas congeladas, entre otros. Sin embargo, estas industrias liberan sus desechos en los ríos, lo que conlleva la contaminación del agua y a la erosión del suelo, haciendo que las tierras ya no sean aptas para el cultivo.

La tala de árboles para utilizar la madera como combustible también es una causa de deforestación, afectando a los biomas y a la vida silvestre. La madera se considera un combustible ecológico, ya que libera la misma cantidad de CO₂ al quemarse que la absorbida durante su crecimiento. Sin embargo, el problema radica en que no se reforesta adecuadamente para compensar la tala de árboles viejos.

La expansión agrícola, impulsada por la creciente demanda de productos alimenticios, también conduce a la deforestación, porque se talan árboles para dar lugar a cultivos y pastizales. Esta expansión agrícola termina por degradar el suelo, al eliminar la vegetación existente.

De acuerdo con la FAO, la agricultura comercial a gran escala contribuye al 40% de la deforestación en regiones tropicales y subtropicales, mientras que la agricultura de subsistencia local representa el 33%. Otros factores influyentes incluyen la infraestructura (10%), la expansión urbana (10%) y la minería (7%).

Además, los incendios forestales, provocados tanto por causas naturales como por la actividad humana, resultan en la pérdida de miles de árboles anualmente en diversas partes del mundo, contribuyendo a la contaminación del aire y causando daños ambientales graves.

En conjunto, estos factores ejercen una presión significativa sobre los bosques, con consecuencias que van desde la pérdida de biodiversidad hasta el aumento de gases de efecto invernadero y el calentamiento local del ambiente.

¿Cuáles son las soluciones para evitar que la deforestación avance sobre los bosques y la biodiversidad?

Además de una mayor coordinación entre las políticas sobre los bosques, la agricultura, la alimentación, el uso de la tierra y el desarrollo rural, se pueden poner en marcha programas de educación forestal para crear conciencia en los jóvenes para aprender a cuidar un recurso natural tan trascendental para el planeta y el desarrollo de las futuras generaciones. 

A continuación, mencionamos algunas de las medidas que se pueden tomar desde los gobiernos locales, nacionales e internacionales. 

  1. Ordenamiento territorial adecuado, el cual establece un marco estratégico para equilibrar el uso de la tierra a nivel nacional, subnacional y territorial. Esto garantiza que los planes de uso de la tierra sean legítimos y sostenibles, con la aceptación de las comunidades. 

También es importante contar con marcos legales transparentes que regulen el cambio de uso de la tierra y reconozcan los derechos tradicionales sobre la tierra.

  1. Implementación de una agricultura sostenible. La actividad es una de las principales causas de deforestación en el mundo. Es esencial promover prácticas agrícolas sostenibles y regulaciones efectivas, con salvaguardias sociales y ambientales adecuadas en áreas donde la práctica a gran escala sea la principal impulsora del cambio en el uso de la tierra. Iniciativas como la certificación voluntaria y los compromisos para eliminar la deforestación tienen un impacto positivo.
  1. Promoción de la seguridad alimentaria. Para mejorar la agricultura y las prácticas de uso de la tierra a nivel local, es importante implementar medidas que mejoren la seguridad alimentaria. Esto incluye sistemas de protección social y capacitación en nuevas tecnologías de producción de alimentos, en lugar de expandir indiscriminadamente las zonas agrícolas a expensas de los bosques. 
  1. Prevención de incendios forestales. Muchos son causados por actividades humanas, por lo que es fundamental promover la prevención y la educación para evitarlos.
  1. Comunidades protectoras de bosques. Las políticas forestales y rurales pueden fomentar la propiedad comunal de los bosques, en la que las comunidades se benefician de los mismos y son responsables de su cuidado y preservación. Esto implica capacitarlas para controlar las actividades y asegurarse de que los beneficios de los ecosistemas forestales lleguen directamente a los habitantes de esas comunidades.
  2. Legislación para bosques estables y diversos. Promover la diversidad de especies autóctonas en los bosques y reducir las masas monoespecíficas, como pinares y eucaliptos, puede ayudar a prevenir incendios forestales y mejorar el ciclo del agua. La introducción de especies de mayor biodiversidad contribuye a la conservación de los ecosistemas.
  1. Creación de espacios forestales protegidos. Esto implica designar áreas que alberguen especies y ecosistemas de importancia para la conservación. Proteger estos espacios contribuye a la preservación de la biodiversidad.

Las causas y consecuencias de la deforestación siempre traen aparejados intereses económicos. Evitarla requiere un enfoque multidisciplinario que abarque desde la planificación territorial hasta la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la protección de espacios forestales clave. Estas soluciones buscan equilibrar las necesidades humanas con la conservación de los bosques, que son ecosistemas valiosos y vitales para la biodiversidad global.