El calentamiento de la estratósfera provocará nuevas olas polares en Argentina

El calentamiento de la estratósfera provocará nuevas olas polares en Argentina

Los científicos denominan calentamiento estratosférico súbito (SSW, por sus siglas en inglés) a un raro fenómeno meteorológico en el que se produce un aumento acelerado de las temperaturas en la estratósfera. Actualmente está sucediendo, y los expertos pronostican que, como consecuencia, todo el hemisferio sur podría recibir olas de frío inusuales. 

La estratósfera es la capa de la atmósfera que se encuentra situada por encima de la tropósfera (los 15 kilómetros más cercanos a la Tierra). El espesor de la estratósfera es de 35 kilómetros, y cuando se calienta (algo que no sucede tan a menudo en el hemisferio sur) puede impactar en las temperaturas, los niveles de lluvia y los vientos tanto de Sudamérica, como del resto del mundo.

¿Qué caracteriza al calentamiento estratosférico súbito?

Este fenómeno climático se produce cuando las temperaturas en la estratósfera aumentan por encima de los 25 grados centígrados en menos de 7 días. Los meteorólogos esperan que esto suceda en la Antártida a principios del mes de agosto. Y si bien se trataría de solo unos pocos días, se prevé que repercuta en el clima austral hacia finales del mismo mes (¡aunque no descartan que los cambios puedan extenderse durante meses!).

Cuando sucede en el hemisferio norte, donde este fenómeno es mucho más común, genera olas de frío intensas, como las que ya han padecido algunas zonas de Europa y Norteamérica. Pero además, se ha visto que en ciertas regiones provoque aumentos en las precipitaciones y vientos más fuertes. 

Si bien sus efectos en el hemisferio sur podrían ser diferentes (por la influencia de una mayor superficie marina), los expertos no dudan de que su impacto en los patrones del clima serán inevitables y han advertido a los gobiernos de la región para que se preparen para enfrentarlos. 

Vórtice polar: ¿qué es y cómo influye en este fenómeno?

Se conoce como vórtice polar a los vientos intensos que se forman en la estratósfera durante el invierno. Esta corriente permite que el aire extremadamente frío se concentre en las regiones polares. Pero a medida que el calentamiento global en la estratósfera afecta al vórtice polar, lo va debilitando. Esto genera que el aire frío se desplace hacia el ecuador y que, a su vez, el aire cálido pueda llegar a las zonas polares poniendo de cabeza las condiciones climáticas de todo el planeta. 

Los efectos sobre la corriente en chorro polar

La corriente en chorro polar es una estructura permanente de vientos fuertes que separa al aire polar frío del aire más cálido de otras zonas del planeta. Pero el calentamiento global produce un debilitamiento de esta corriente y permite que el aire polar avance hacia el norte, alejándose de la Antártida y alterando los patrones climáticos en el hemisferio sur. 

Los científicos han advertido que, tal como sucede en el hemisferio norte, este fenómeno podría desencadenar episodios climáticos extremos, como tormentas inusualmente fuertes o prolongadas olas de frío, en el centro y sur de países como Chile, Argentina y hasta Uruguay. Además, estas variaciones influirán de forma negativa en la agricultura, la infraestructura y la vida de millones de personas de estas naciones. 

¿Qué le espera a la Argentina en los próximos meses?

En principio, estos cambios climáticos provocarán una nueva ola polar en agosto, así como un aumento en el potencial de precipitaciones y nieve en la Patagonia. Pero además, los meteorólogos anticipan que podrían presentarse vientos más fuertes en el centro y sur de Argentina, y que durante la primavera habrá muchos más días con precipitaciones.

Teniendo en cuenta las recientes catástrofes provocadas por el clima frío en estas regiones, organizaciones ambientalistas como Greenpeace Argentina han vuelto a recordar a los ciudadanos la importancia de combatir el cambio climático provocado por el uso de combustibles fósiles. Solo de este modo será posible prevenir nuevas olas polares que pongan en riesgo la flora, la fauna y los medios de vida de los argentinos.

Por otro lado, es fundamental que el gobierno nacional prepare a las comunidades para enfrentar estas condiciones climáticas extremas. Por ejemplo, implementando sistemas de alerta temprana y planificando nuevas infraestructuras resistentes a esta clase de climas.