
La situación del yaguareté en el Gran Chaco de Argentina es desesperada. Este felino emblemático, el más grande de América, está al borde de la extinción debido a la cacería furtiva y la expansión desmedida de la frontera agrícola. La región del Gran Chaco, que incluye partes de Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero, alberga actualmente entre 15 y 20 ejemplares de yaguareté. Con 7 millones de hectáreas en total, solo el 3% de este terreno ofrece condiciones adecuadas para el desarrollo de esta especie. Este hábitat insuficiente está poniendo en grave peligro la existencia del yaguareté, cuya población en el país se estima en alrededor de 300 individuos.
Conservación de los yaguaretés y el rol del POCY
Para abordar la crisis del yaguareté, investigadores del CONICET, junto con universidades de Río Cuarto, Córdoba y Misiones, el Proyecto Yaguareté y la Asociación Civil Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico, han desarrollado la herramienta POCY (Paisaje Óptimo para la Conservación del Yaguareté). Este mapa identifica las áreas críticas para la protección y manejo del hábitat del yaguareté. La Dra. Verónica Quiroga, del Instituto de Diversidad y Ecología Animal del CONICET, advirtió que, sin una reducción en la deforestación y la caza, la especie podría extinguirse en la región chaqueña. Según Quiroga, el actual 3% de hábitat adecuado es insuficiente para permitir al yaguareté moverse y reproducirse de manera efectiva. Se necesitan acciones urgentes para establecer más áreas protegidas y reducir las amenazas.

Deforestación y expansión agrícola
El POCY se enfoca en áreas dentro de las provincias que históricamente han registrado las mayores tasas de deforestación en Argentina. Según datos de Mapbiomas Argentina, el país ha perdido 7,6 millones de hectáreas de vegetación en los últimos 25 años, el doble del tamaño de la provincia de Buenos Aires. Las provincias más responsables de la deforestación son Santiago del Estero, Salta y Chaco. En el mismo período, la superficie agrícola aumentó en 5,2 millones de hectáreas y las pasturas en 1,4 millones, mientras que las plantaciones forestales crecieron un 37%. Este aumento en la conversión de terrenos naturales a usos agrícolas y ganaderos ha reducido drásticamente el hábitat del yaguareté.
Nuevo ordenamiento territorial
Recientemente, la legislatura chaqueña aprobó un nuevo Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo, que permite el desmonte de hasta 1 millón de hectáreas. Áreas previamente protegidas por la Ley de Bosques han sido recalificadas, permitiendo actividades productivas y desmonte. Esta modificación contrasta con las recomendaciones de los expertos en conservación y pone en riesgo corredores ecológicos cruciales para el yaguareté y otros grandes mamíferos. Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Bosques de Greenpeace Argentina, advirtió que esta medida compromete la supervivencia de especies autóctonas como el yaguareté al reducir el área de conservación alrededor del Parque Nacional Copo, la Reserva La Pirámide y la Reserva Provincial Loro Hablador.

Asegurar la supervivencia del yaguareté
Para salvar al yaguareté de la extinción, es imperativo implementar medidas de protección más estrictas y sostenibles. Las acciones deben incluir la creación de nuevas áreas protegidas y la prohibición de actividades que destruyan su hábitat. La colaboración entre autoridades, organizaciones ambientales y comunidades locales es esencial para promover prácticas de desarrollo que no impliquen la eliminación de bosques. Además, se deben fortalecer las políticas contra la caza furtiva y fomentar la educación y sensibilización sobre la importancia del yaguareté para el equilibrio ecológico. La comunidad debe trabajar unida para asegurar que el hábitat del yaguareté se preserve y se restauren las áreas degradadas.
La supervivencia del yaguareté en Argentina está en una encrucijada crítica. La cacería y la deforestación continúan siendo amenazas graves que ponen en riesgo a esta especie icónica. Las iniciativas como el POCY y los esfuerzos de reintroducción en los Esteros del Iberá son pasos positivos, pero se requiere una acción inmediata y coordinada para abordar las amenazas actuales y asegurar el futuro del yaguareté. La colaboración entre todos los sectores es crucial para proteger el hábitat del yaguareté y garantizar que este felino majestuoso no se convierta en una tragedia de extinción.