
El verano de 2025 ha traído consigo uno de los desafíos más complejos para Argentina: los incendios forestales. Desde la Patagonia hasta el noreste, el fuego avanza con rapidez, devastando vastas áreas de tierra y poniendo en evidencia la gravedad del cambio climático. Esta crisis no solo afecta a las provincias en términos de su medio ambiente, sino que también resalta la importancia de una adecuada preparación y respuesta ante estos desastres.
En los primeros días de 2025, los incendios forestales han avanzado con fuerza en varias provincias argentinas, con focos particularmente críticos en Chubut, Córdoba, Misiones y Corrientes. La provincia de Chubut, situada en la región sur, es uno de los epicentros de este fenómeno. En el Parque Nacional Nahuel Huapi, el incendio en Los Manzanos ha consumido cerca de 2.800 hectáreas, arrasando con vastas áreas de vegetación y generando una intensa columna de humo que afecta a localidades cercanas como Bariloche y El Bolsón. La combinación de altas temperaturas y vientos intensos ha empeorado la situación, dificultando los esfuerzos de los brigadistas y generando una alarma generalizada entre las autoridades locales.
Este fenómeno no está limitado al sur del país. En el centro de Argentina, en la provincia de Córdoba, las altas temperaturas que superan los 35 grados y las ráfagas de viento intensifican la peligrosidad de los incendios. A pesar de los esfuerzos por sofocar varios focos, el riesgo sigue siendo alto, y las autoridades mantienen la alerta extrema en varias zonas de la provincia, pidiendo a los habitantes estar alertas y colaborar en la prevención de nuevos focos.
Los incendios y el cambio climático: un vínculo evidente
Los incendios forestales de este verano son una clara muestra del impacto del cambio climático en Argentina. Los incendios no solo están ocurriendo con mayor frecuencia, sino que las temporadas de fuego se están alargando, lo que genera un peligro constante durante todo el año. Este es el caso en Misiones, donde la temporada de incendios ya no se limita a los meses tradicionales entre octubre y marzo, sino que ahora se extiende durante todo el año, debido a las condiciones extremas de temperatura y la falta de humedad. Las fuertes ráfagas de viento también contribuyen a la propagación de los incendios.
En Misiones, que alberga más del 50% de los bosques nativos del país, los incendios son particularmente graves, ya que muchas de las áreas afectadas están en zonas de difícil acceso. El director del Plan Provincial de Manejo del Fuego de Misiones, Luis Chemes, ha señalado que el aumento en el riesgo de incendios está relacionado tanto con los efectos del cambio climático como con la imprudencia humana. La combinación de estos factores genera un escenario alarmante para la conservación de los bosques nativos de la provincia.
La falta de recursos y la falta de acción gubernamental
Uno de los aspectos más preocupantes de esta crisis es la falta de recursos adecuados para hacer frente a la magnitud de los incendios. A pesar de los esfuerzos por parte de las provincias, el Gobierno nacional ha recortado recursos fundamentales para la lucha contra los incendios. Más de 500 contratos de brigadistas no fueron renovados, lo que ha dejado a las provincias sin personal clave para combatir el fuego de manera efectiva. Además, el Sistema de Manejo del Fuego fue recientemente traspasado al Ministerio de Seguridad, lo que ha generado críticas entre los ambientalistas, quienes consideran que esta medida refleja una postura de «negacionismo climático» por parte de las autoridades.
Este ajuste en los recursos destinados a la prevención y el combate de incendios es especialmente preocupante en un contexto donde el cambio climático está ampliando los períodos de riesgo. La falta de brigadistas y la redistribución de las responsabilidades ha dificultado una respuesta ágil y efectiva ante los incendios, lo que pone en riesgo la seguridad de las personas, la biodiversidad y los ecosistemas del país.
Los incendios forestales en Argentina son una clara manifestación de los efectos del cambio climático. Las altas temperaturas, la falta de lluvias y los vientos intensos, sumados a la falta de recursos y a la imprudencia humana, han creado un panorama alarmante en diversas provincias. La clave para enfrentar este problema no solo reside en los esfuerzos a nivel local, sino también en una política nacional que priorice la prevención, el fortalecimiento de los equipos de brigadistas y una mayor conciencia colectiva sobre la importancia de proteger los recursos naturales del país.
Es urgente que las autoridades tomen medidas concretas para fortalecer el Sistema de Manejo del Fuego y garantizar que los recursos necesarios estén disponibles durante todo el año. Sin un enfoque integral y coordinado, los incendios seguirán devastando vastas áreas de bosques y afectando a comunidades enteras, lo que tendrá consecuencias a largo plazo tanto para el medio ambiente como para las personas. La lucha contra los incendios forestales debe ser una prioridad nacional.