
En la provincia de Entre Ríos, una importante decisión fue tomada a finales de 2024: el Senado aprobó la ley que declara al jabalí, el chancho asilvestrado y el ciervo axis como especies plaga. Este anuncio surge en respuesta a la creciente preocupación sobre el impacto que estas especies exóticas tienen en los ecosistemas locales y la producción agropecuaria. La nueva normativa autoriza su caza con fines de control poblacional, una medida que busca mitigar los daños causados por la expansión descontrolada de estos animales.
El impacto de las especies invasoras en Entre Ríos
La introducción y proliferación de especies no autóctonas, como el jabalí y el ciervo axis, se ha convertido en un problema ambiental y económico en muchas regiones de Entre Ríos. Estos animales, al no tener predadores naturales, han experimentado un crecimiento poblacional desmesurado, lo que ha generado una serie de daños significativos. El sector agropecuario es uno de los más afectados, ya que los animales invaden tierras cultivadas, destruyendo cultivos y alterando el equilibrio ecológico de la zona.
Los jabalíes, en particular, causan estragos al hociquear los suelos y destruir los cultivos recién sembrados. Además, sus colmillos les permiten dañar infraestructuras, como los silobolsas de granos, y atacar tanto a animales como a seres humanos en casos extremos. Por otro lado, los ciervos axis, al alimentarse de los verdeos y pasturas, afectan la alimentación del ganado, lo que reduce la productividad en las fincas. Esta situación ha generado un ambiente de incertidumbre y descontrol entre los productores, quienes han solicitado medidas urgentes para evitar mayores perjuicios.
La regulación y control poblacional como solución
La sanción de esta ley marca un paso fundamental en el control de las especies invasoras en Entre Ríos. La caza de los jabalíes y otras especies plaga se autoriza para fines de control poblacional. Esta intervención busca no solo reducir los daños inmediatos, sino también frenar el avance desmedido de estas especies en los ecosistemas de la provincia. La ley establece la necesidad de contar con licencias y permisos específicos para la caza, con regulaciones sobre las zonas habilitadas y las temporadas correspondientes, garantizando un control adecuado y responsable.
El Ministerio de Desarrollo Económico de Entre Ríos, bajo la dirección de Guillermo “Willy” Bernaudo, tendrá la responsabilidad de implementar y regular la normativa, asegurando que las actividades de caza se lleven a cabo de acuerdo con los parámetros establecidos. Además, se prevé una colaboración interjurisdiccional, es decir, entre distintos organismos y provincias, para garantizar la efectividad de las acciones de control y proteger los ecosistemas nativos.
Desafíos y la necesidad de reglamentación
A pesar de la sanción de la ley, todavía queda un paso crucial: la reglamentación de la normativa. Este proceso es clave para definir con precisión los detalles sobre el alcance y los límites de la ley, como las modalidades de caza, las zonas habilitadas, los cupos y la temporada en que se podrá llevar a cabo esta actividad. La reglamentación también permitirá establecer medidas adicionales, como campañas de educación ambiental y protección del ecosistema, que aseguren la sostenibilidad a largo plazo.
El sector agropecuario, en particular, ve esta ley como una solución urgente para los graves daños ocasionados por los jabalíes y ciervos. Para algunos productores, la destrucción de sus cultivos y la competencia por los recursos naturales ya había alcanzado niveles insostenibles. La implementación exitosa de esta ley, junto con una regulación eficiente, será clave para evitar que los daños continúen y para restaurar el equilibrio en las tierras productivas de Entre Ríos.
En conclusión, la ley que declara plaga al jabalí y otras especies invasoras en Entre Ríos es un paso importante hacia el control de este problema ecológico y económico. Sin embargo, la efectividad de la medida dependerá de la reglamentación adecuada y de la colaboración de todos los sectores involucrados, desde las autoridades locales hasta los productores y ciudadanos en general. La lucha contra las especies invasoras será un trabajo continuo que demandará esfuerzos sostenibles a largo plazo.