
En los últimos años, la preocupación por el medio ambiente en Argentina ha estado en el centro del debate. Sin embargo, un dato alarmante emerge: la disminución del interés por estos temas entre los jóvenes, una tendencia que podría tener efectos negativos a largo plazo para la protección de los ecosistemas. Un reciente estudio realizado por la Fundación Vida Silvestre reveló que el interés de los argentinos en cuestiones ecológicas se mantiene alto, pero los jóvenes entre 16 y 29 años muestran una desconexión creciente con la agenda ambiental.
La encuesta realizada por la Fundación Vida Silvestre expone una disminución significativa del interés por el medio ambiente en las generaciones más jóvenes. Mientras que en 2021, el 84% de los jóvenes mostraban «mucho o bastante interés» por el cuidado del ambiente, ese porcentaje descendió al 79% en 2024. Este descenso es aún más preocupante si se considera que, mientras que el 14% se declaraba «poco o nada interesado» en estos temas en 2021, en 2024 esta cifra aumentó al 19%. Esto refleja una tendencia de desacople entre los jóvenes y los problemas ambientales que, en el pasado, solían ser una prioridad para este grupo etario.
La encuesta reveló que los principales problemas ambientales que preocupan a la población argentina siguen siendo la deforestación y los incendios forestales, con un fuerte impacto en la biodiversidad. Sin embargo, esta preocupación no se traduce en una participación activa, especialmente entre los jóvenes, lo que pone en duda su compromiso a largo plazo con la causa ecológica. Este fenómeno está relacionado con varios factores, entre los que se destaca el clima ideológico y político que ha influido en la percepción de la agenda ambiental.
El impacto del contexto político en la percepción juvenil sobre el medio ambiente
Un factor clave que contribuye a la desconexión de los jóvenes con los problemas ambientales es el clima ideológico actual. La postura de figuras políticas como Javier Milei en Argentina y Donald Trump a nivel global, quienes han cuestionado la urgencia de las políticas ecológicas, ha influido de manera significativa en la opinión de los más jóvenes. En muchos discursos, el ambientalismo se presenta como un obstáculo para el desarrollo económico y la libertad individual. Esta narrativa genera desconfianza en las generaciones más jóvenes, quienes pueden percibir la agenda ambiental como incompatible con su visión de futuro.
El fenómeno de negacionismo climático, impulsado por personajes políticos y medios de comunicación, ha calado hondo en la juventud, lo que se traduce en un menor interés por los temas ecológicos. Este contexto ideológico contrario a las políticas medioambientales dificulta la creación de un consenso sobre la importancia de abordar el cambio climático y otras amenazas ecológicas, lo que agrava aún más la desconexión de los jóvenes.
La necesidad de reconectar con las nuevas generaciones para garantizar el futuro del medio ambiente
Para revertir esta tendencia, expertos como Manuel Jaramillo, director de la Fundación Vida Silvestre, señalan que es esencial crear nuevas formas de conexión entre los jóvenes y el medio ambiente. La falta de contacto directo con la naturaleza, producto de la vida urbana y la omnipresencia de las redes sociales, contribuye a que las nuevas generaciones no comprendan la importancia de preservar los ecosistemas. Además, las frustraciones generadas por la falta de resultados tangibles de las políticas ambientales también juegan un papel importante en este distanciamiento.
Es necesario implementar políticas de educación ambiental que ofrezcan experiencias directas de contacto con la naturaleza y generen conciencia sobre los efectos del cambio climático y la deforestación. Involucrar a los jóvenes en proyectos de conservación y sostenibilidad puede ser una vía efectiva para fomentar el interés y el compromiso a largo plazo. Si no se actúa ahora para reconectar con las nuevas generaciones, el país podría enfrentar graves consecuencias ecológicas y sociales.