Interrogantes sobre la situación ambiental de esta ciudad en el interior bonaerense

Interrogantes sobre la situación ambiental de esta ciudad en el interior bonaerense

En pocos días, algunas áreas de la provincia pasaron de solicitar asistencia por sequía a encontrarse con inundaciones. En la región central y suroeste de Buenos Aires, en una semana, se registraron entre 300 y 400 milímetros de lluvia, lo que genera preocupación por el «exceso de agua» y el estado del Río Salado. “No podemos seguir ignorando el cambio climático y es vital que trabajemos en eso”, comentó a Infocielo, el alcalde de Bolívar, Marcos Pisano.

El drástico cambio climático que ha impactado, en solo unas semanas, amplias zonas de la provincia de Buenos Aires mantiene en estado de alerta a productores y autoridades.

La devastadora inundación en Bahía Blanca se suma al sufrimiento silencioso en campos y localidades del centro y suroeste bonaerense, con un enfoque particular en el comportamiento del Río Salado.

Tras un largo tiempo de sequía, hubo entre 300 y 400 milímetros de lluvia en solo unos pocos días.

Se estima que cerca de 2 millones de hectáreas están inundadas, y es preocupante el exceso de agua en algunas áreas debido al flujo de arroyos y canales hacia la cuenca del Salado.

Los caminos anegados, junto con las pérdidas de cultivos y ganado, así como los daños a la infraestructura, se destacan como las consecuencias más severas.

“La región de Laprida, La Madrid, Olavarría, Daireaux, Bolívar, toda esa área triangular, fue la más golpeada por las lluvias de la semana pasada”, puntualizó a Infocielo el agricultor Pablo Ginestet, quien realizó un estudio con imágenes de satélite para la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).

“Estos fenómenos son impredecibles y ocurren de repente”

Acerca de la situación actual, desde CARBAP indicaron que “aunque gran parte del agua de los campos ha drenado, aún queda mucha. El agua se mueve y fluye por distintos arroyos hacia Bolívar, Tapalqué y General Alvear, causando inundaciones en algunos tramos de los arroyos”, dijo Ginestet.

Además de las inundaciones, el agricultor habló sobre la pérdida de infraestructura y caminos. “Existen puentes dañados en algunos lugares, así como escuelas y casas que quedaron bajo el agua, y por supuesto, los anegamientos han causado pérdidas en los cultivos y han dificultado el trabajo, ya que ahora hay que preparar todo lo relacionado con los pastos y forrajes para el invierno, lo cual es imposible”, destacó. 

A pesar de los problemas en la región central, el especialista mostró una actitud optimista sobre el drenaje de la zona: “Si no ocurren más eventos similares, la situación se regularizará pronto gracias al buen drenaje, aunque los daños permanecerán”, concluyó.

La situación en lugares como Pehuajó, Henderson, Bolívar, 9 de Julio y Carlos Casares es más complicada. “Si uno se mueve hacia el norte de la ruta 65, es la parte del plan maestro de la Cuenca que todavía necesita finalizarse, y se ha descuidado el mantenimiento”, observó. “Es un área más agrícola y no parece probable que mejore. Ya estamos en otoño y en invierno la evapotranspiración es casi inexistente. Los cultivos ya requieren poca agua, por lo tanto, el agua casi se mantiene hasta la primavera”, aclaró el líder de CARBAP.

Añadió: “Aquí las cosas se volverán más complicadas, porque queda toda la cosecha por delante que debe realizarse, lo que conlleva un tema logístico, y los caminos sufrirán mucho por la situación”, alertó.

Con este contexto, Pablo Ginestet destacó la necesidad de planificar y llevar a cabo obras hidráulicas: “Estos eventos nos recuerdan que no debemos perder tiempo en hacer las obras cuando es posible. Los eventos pueden suceder en cualquier momento y no avisan”, dijo.

“No podemos seguir ignorando el cambio climático, y es esencial trabajar en ello”. Bolívar es un lugar donde las autoridades monitorean, minuto a minuto, el comportamiento de arroyos y canales. Durante una visita, su intendente, Marcos Pisano, conversó con Infocielo y proporcionó un panorama detallado.

«Después de la última lluvia importante y a pesar de que en lo que va del año el municipio ha recibido más de 430 milímetros, el problema proviene de las lluvias en distritos vecinos”, comentó. El análisis se centra en el arroyo Vallimanca, que recibe agua de otras áreas y ha causado inundaciones en la zona rural del municipio.