
Los bosques aún cubren el 30 por ciento del planeta, sin embargo, esa proporción sigue en declive. Cada minuto, grandes zonas de este ecosistema esencial, crucial para el equilibrio climático y la vida en la Tierra, están siendo destruidas rápidamente. Desde 1990, más de 420 millones de hectáreas de bosques fueron eliminadas, especialmente en África y América del Sur, según la FAO.
En nuestro país, la situación forestal es grave. De acuerdo con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, desde 1998 hasta 2024, se han perdido cerca de 7 millones de hectáreas de bosques nativos, un área comparable a la de Formosa.
¿Cuáles son las razones detrás del alto índice de deforestación en el mundo?
Cuatro actividades humanas son responsables de más de la mitad de la deforestación a nivel global. Estas son la agricultura, la ganadería, la minería y la perforación en busca de recursos naturales, como el petróleo y diversos minerales. Luego, se encuentran la explotación de árboles, los incendios forestales y, en menor medida, el crecimiento de zonas urbanas, según un informe del World Resources Institute.
La industria de la madera y el papel también talan un número significativo de árboles cada año. Para empeorar las cosas, muchas empresas forestales, algunas de ellas ilegales, construyen caminos para acceder a bosques más remotos, lo que aumenta el nivel de deforestación.
Entre los casos más notorios de deforestación están los de Malasia e Indonesia, donde los árboles son talados para producir aceite de palma, un ingrediente presente en productos que van desde champú hasta galletas. Otro caso representativo es el de la Amazonía, donde en los últimos 50 años se ha perdido el 17% de sus bosques debido a la ganadería y la plantación de soja, según información de Amazon Conservation.
Sin embargo, más allá de estos ejemplos destacados, este tipo de extractivismo se presenta en diversas partes del mundo. De hecho, si la deforestación de bosques tropicales se comparara con un país, sería el tercero en la emisión de dióxido de carbono, después de China y Estados Unidos, según el Instituto de Recursos Mundiales.
Finalmente, es importante mencionar que también existen factores imprevistos, como la combinación de elementos humanos y naturales, que pueden afectar el crecimiento de árboles jóvenes, tales como los incendios forestales y el sobrepastoreo.
¿Por qué debería preocuparnos la deforestación?
Esta devastación amenaza a más de 250 millones de personas que dependen de los bosques para sobrevivir y obtener ingresos. Al mismo tiempo, pone en peligro al 80% de las especies animales y vegetales que forman su delicada y hermosa red de vida, e incluso impacta los ciclos del agua en diversas regiones y a nivel global, advierte la FAO.
Con los hábitats naturales reducidos y el crecimiento constante de la población humana, las fronteras entre las zonas habitadas por animales y las de los seres humanos se vuelven inciertas, lo que aumenta el riesgo de enfermedades zoonóticas. Un ejemplo de esto es el brote de Ébola en 2014, que cobró la vida de más de 11,000 personas en África Occidental, tras el contagio de un niño pequeño por unos murciélagos frugívoros que se albergaban cerca de los árboles.
Por todas estas razones, la eliminación de cada bosque tiene efectos que superan nuestras expectativas.
Aún tenemos la oportunidad de proteger los bosques
En resumen, cuidar nuestros bosques representa una de las mejores estrategias para enfrentar la crisis climática, ya que se estima que la cubierta forestal tropical podría ofrecer hasta el 23 % de la reducción de emisiones necesaria para alcanzar los objetivos que se marcó el Acuerdo de París en 2015.