
Los humedales son solo una muestra de lo privilegiado que es Colombia en materia de biodiversidad. Estos ecosistemas no solo albergan una increíble variedad de especies emblemáticas de la nación, sino que además desempeñan un papel crucial para proteger al territorio de inundaciones y combatir el calentamiento global.
Sin embargo, desde hace años su existencia en todo el mundo se encuentra amenazada por la expansión de las actividades humanas (como la agricultura, la ganadería o los negocios inmobiliarios) y por el aumento descontrolado de temperaturas provocado por el cambio climático.
De acuerdo con datos provistos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre 1970 y 2015 ha desaparecido el 35% de los humedales del planeta. Lamentablemente, los expertos consideran que por el aumento del nivel del mar generado por la crisis climática, para finales de siglo, esta cifra podría llegar al ¡90 por ciento!
Las causas detrás de la pérdida de humedales
Si bien el cambio climático no escapa a su título de “sospechoso de siempre”, en este caso no es el único culpable del deterioro de estos ecosistemas. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el desarrollo de ciertas actividades humanas nocivas para el medioambiente está quitándole el protagonismo.

La sobreexplotación de las tierras, las quemas provocadas por quienes buscan usar esos territorios para hacer negocios inmobiliarios, las talas indiscriminadas, la pérdida de agua, la contaminación tóxica y la expansión descontrolada de la agricultura y la ganadería son algunos de los múltiples enemigos que deben enfrentar los humedales para sobrevivir.
Teniendo en cuenta que los humedales de todo el planeta tienen la capacidad de capturar hasta 55 veces la cantidad de dióxido de carbono que absorbe toda la Amazonia, su pérdida resultaría un hecho devastador para el futuro del planeta.
Los humedales más importantes de Colombia
Colombia cuenta con 6 humedales que han sido reconocidos internacionalmente por su importancia para el medioambiente. Uno de los más famosos es la Ciénaga Grande de Santa Marta, ubicada en Departamento del Magdalena. Este hábitat se ha enfrentado a amenazas tales como la construcción de diques, la quema de vegetación y las sequías provocadas por el calentamiento global en los últimos años.
La Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) y organizaciones ambientalistas como Greenpeace han logrado que este humedal sea considerado de importancia internacional por el Convenio de Ramsar, un tratado internacional que busca proteger estos hábitats en todo el mundo liderado por la UNESCO.
Humedales, fuentes de agua potable para los colombianos
El Parque Nacional Natural Chingaza se encuentra ubicado en la región andina del país y es hogar del Sistema Lacustre de Chingaza. Este conjunto de lagunas y páramos sirve de refugio a especies fuertemente amenazadas como el oso de anteojos y el frailejón. Pero de acuerdo con expertos del Instituto Humboldt, también desempeña un papel crucial para la vida diaria de los colombianos: de allí proviene el 80% del agua consumida en la ciudad de Bogotá.
Por este motivo, la protección de estos ecosistemas que solo representan el 1.7% del territorio continental de Colombia es tan importante para el Ministerio de Medioambiente de Colombia. De hecho, es una de las acciones más promovidas por AIDA, ya que ese lugar contiene el ¡70% del agua potable que se utiliza en el país!
Especies en peligro en la Laguna del Otún
Ubicado en medio del Parque Nacional Natural Los Nevados, el Complejo de Humedales de la Laguna del Otún es un verdadero oasis de biodiversidad en la Cordillera Central de los Andes colombianos. Este sitio contiene lagunas, turberas y pantanos que se interconectan con glaciares y páramos. Allí habitan 52 especies de aves diferentes, muchas de ellas en peligro de extinción.
Pero a pesar del riesgo inminente de que estos animales desaparezcan, este ecosistema enfrenta amenazas constantes como la ganadería, incendios forestales, la introducción de especies invasoras, la acumulación de basura y actividades turísticas ilegales como la caza y la pesca.

La preservación de estos ecosistemas requiere de acciones inmediatas por parte de las autoridades gubernamentales y de toda la población colombiana. Si de verdad se quiere conservar la vida silvestre que habita en estos lugares y mantener su equilibrio ecológico es necesario poner un freno a las conductas y políticas que incentivan su degradación. El futuro ambiental de Colombia depende de ello.