
Los niveles de microplásticos en el planeta son tan altos, que no hay ningún rincón de la Tierra en el que no se haya encontrado rastros de ellos. Un estudio llevado a cabo recientemente por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, ha descubierto estas microscópicas partículas de desechos plásticos en las heces de diversas especies de focas que habitan en la península Antártica.
Sin dudas se trata de un hallazgo alarmante, ya que el 100% de las muestras analizadas contenían microplásticos. Entre los polímeros identificados por los científicos se encontraron algunos utilizados por industrias como la textil, la alimenticia, la de embalajes, la de construcción y, por supuesto, la plástica.
Su presencia en esta zona otrora prístina de la naturaleza, es una muestra de que las actividades humanas han logrado que la contaminación llegue incluso a este rincón remoto del planeta. Es por eso que organizaciones ambientalistas como Greenpeace o The Nature Conservancy vienen insistiendo a los líderes mundiales para que tomen medidas urgentes que ayuden a enfrentar la contaminación plástica de una vez por todas.
¿Cuáles fueron las especies en las que se encontraron microplásticos?
La investigación, publicada en la revista científica Science of the Total Enviroment, fue liderada por la bióloga argentina Julieta Cebuhar. Para llevar a cabo el estudio, analizaron 29 muestras de excrementos utilizando métodos avanzados como la microespectroscopía RAMAN y la espectroscopía de infrarrojo.

En todas las deposiciones, pertenecientes a individuos de especies de focas leopardo, cangrejeras y de Weddell, encontraron partículas de menos de 5 milímetros de diámetro (microplásticos). Estos hallazgos reflejan el nivel de contaminación humana en la dieta natural de los animales antárticos.
La recolección de muestras no fue fácil. Además de tratarse de un proceso llevado a cabo en condiciones extremas de temperatura, la materia fecal debió ser conservada en recipientes a menos de 20 grados. Para lograrlo, el equipo del CONICET contó con la colaboración de científicos brasileños de la Universidad Federal de Río Grande.
¿Qué se puede deducir de estos hallazgos?
Javier Negrete, miembro del Programa de Mamíferos Marinos del Instituto Antártico Argentino (IAA), explica que las focas son consideradas predadores tope. Esto quiere decir que se alimentan de varias especies marinas: desde el microscópico krill, crustáceos, calamares y pulpos, hasta peces y mamíferos como pingüinos.
Además, a lo largo de sus extensas vidas, suelen recorrer grandes extensiones de territorio, por lo que los científicos los consideran indicadores clave de la salud del ecosistema antártico. Esto quiere decir que haber encontrado estos niveles de contaminación en sus heces, sugiere que este problema se extendería a toda la cadena alimenticia.
¿Cómo llegan los microplásticos a la Antártida?
Desde principios del siglo XX, existen bases científicas en la Antártida. A pesar de contar con protocolos ambientales, su presencia en la región contribuye a la contaminación. Pero además, actividades económicas como el turismo y la pesca tienen una gran responsabilidad en los niveles de plásticos encontrados por los científicos.
Por otro lado, es importante considerar cómo las corrientes marinas y atmosféricas influyen en la llegada de microplásticos desde otros continentes del planeta. A medidas que los desechos plásticos se degradan por efecto de la luz solar, las olas de mar y el clima, los microplásticos resultantes contaminan el océano haciendo que cientos de especies marinas queden a su merced.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en todo el mundo se generan ¡más de 430 millones de toneladas de plástico al año! La gran mayoría de ellos corresponden a productos plásticos de un solo uso, que rápidamente se convierten en desechos, pero que pueden tardar hasta mil años en descomponerse por completo.
Los fragmentos de plástico que terminan en el estómago de los animales marinos no solo causan problemas físicos, sino que también pueden liberar contaminantes tóxicos absorbidos durante su trayecto. Si no se toman medidas urgentes para frenar la producción de plásticos, los especialistas advierten que la contaminación continuará aumentando en los próximos años. ¿Cuáles serán las consecuencias para la vida humana? Imposible saberlo.