
El incendio que azotó la localidad de Epuyén, en la provincia de Chubut, sigue siendo un tema de preocupación para las autoridades. Con 2300 hectáreas devastadas, la provincia enfrenta un reto monumental para controlar el fuego, que hasta el momento sigue activo. Mientras se intensifican los esfuerzos para sofocar las llamas, la investigación sobre el origen del siniestro apunta a la posibilidad de que este haya sido provocado.
El incendio, que comenzó el miércoles cerca de la Escuela N°9 en Epuyén, arrasó con grandes áreas de bosques, matorrales y pastizales. A pesar del esfuerzo de brigadas locales y nacionales, que están utilizando aviones hidrantes y helicópteros, las condiciones meteorológicas no ayudan. Las altas temperaturas y vientos intensos complican las tareas de extinción, lo que hace más difícil contener las llamas y proteger las áreas afectadas.
A la fecha, se han tenido que evacuar a unas 200 personas, y alrededor de 50 viviendas han quedado afectadas por el fuego. Entre los edificios destruidos se encuentran casas, negocios y una escuela de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. El impacto de este incendio no solo se limita a la pérdida material, sino que también amenaza la biodiversidad de la zona, que es un área natural protegida.
Posible origen intencional
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, señaló que la coincidencia de focos de incendio en varias localidades cercanas, como Trevelin y Las Golondrinas, genera sospechas de que el fuego podría haber sido intencional. Las investigaciones están en marcha y fiscales de la provincia, junto con equipos de bomberos y policías, ya están realizando los peritajes necesarios para determinar si efectivamente se trató de un acto deliberado.
Las autoridades no descartan ninguna hipótesis, aunque la sospecha de que varios focos hayan comenzado simultáneamente podría ser un indicio de que el incendio fue provocado. El Ministerio Público Fiscal de Chubut está tomando muestras, recolectando evidencias y entrevistando testigos para esclarecer lo ocurrido. La rapidez con la que se esclarezca el origen del incendio podría ser clave para que se tomen medidas preventivas y se castigue a los responsables si se confirma que fue un acto malicioso.
Un operativo de extinción complejo
La lucha contra el fuego no ha sido fácil debido a las condiciones climáticas extremas. Con temperaturas que superan los 25°C, baja humedad y vientos de hasta 45 km/h, las brigadas enfrentan dificultades adicionales para contener el incendio. El despliegue de medios aéreos, como los aviones hidrantes y el helicóptero con helibalde, ha sido crucial para combatir el fuego desde el aire, pero el trabajo en tierra también sigue siendo esencial para evitar que el fuego se propague.
El equipo de brigadistas, conformado por personal local y de otras regiones como El Bolsón, Lago Puelo y Nahuel Huapi, continúa trabajando sin descanso para sofocar las llamas y evitar nuevas pérdidas. Además, se están realizando tareas de construcción de cortafuegos y se utilizan equipos de agua y herramientas manuales para combatir el fuego en las zonas de interfase, es decir, donde las áreas urbanas y rurales se encuentran.
A pesar de los esfuerzos, las condiciones no mejorarán de inmediato. Se espera que la situación meteorológica se mantenga desfavorable, lo que podría retrasar la contención total del fuego. Las autoridades locales, junto con las fuerzas de seguridad y los brigadistas, siguen trabajando arduamente para evitar que el incendio se propague aún más y cause más daños.