Un reciente informe de Greenpeace reveló que la marca de moda ultrarápida Shein tiene un modelo de negocio basado en químicos peligrosos y en la destrucción ambiental. La filial de Alemania descubrió en 47 de sus productos sustancias tóxicas alarmantes para el cuerpo humano.

Greenpeace alerta a la población sobre la política tóxica de la marca Shein
La ONG en Alemania identificó que estos materiales químicos que se encuentran en las prendas de Shein superan los límites reglamentarios de la Unión Europea.
A pesar de esta grave acusación, la marca en España salió a dar su versión y confirmó que la compañía se toma muy en serio la seguridad de los productos y que sus proveedores están obligados a cumplir con todos los controles y las normas que la empresa ha establecido en términos de calidad y protección de la salud de sus clientes.
Asimismo, compartió detalles de su trabajo cercano con agencias internacionales de pruebas cómo Intertek, SGS, BV y TUV. Esta colaboración tiene como objetivo realizar pruebas periódicas para asegurar que los productos de sus proveedores cumplan con las normas de seguridad establecidas. En el último año, han llevado a cabo más de 300,000 pruebas en conjunto con estas agencias.
Asimismo, Shein enfatizó que, al recibir cualquier reclamación relacionada con sus productos, toman medidas inmediatas para retirar la prenda en cuestión de sus instalaciones como precaución mientras se llevan a cabo investigaciones. Si se confirma el incumplimiento de las normas, la empresa no duda en tomar las acciones correspondientes con el proveedor responsable. Además, confirmaron que retiraron de inmediato los productos mencionados por Greenpeace que están actualmente bajo investigación, según la información disponible en las redes sociales de la institución ambientalista.
Sin embargo, Greenpeace no dio marcha atrás y criticó duramente la forma contundente de trabajo de la multinacional china.
Desde la ONG se explicó que la marca está liderando la tendencia de la moda ultrarrápida, llevando al extremo este modelo de negocio. Esto requiere que los proveedores realicen ventas a una velocidad vertiginosa, con pedidos que se procesan en China en un plazo de entre 3 y 7 días y se entregan directamente a clientes internacionales mediante transporte aéreo. La organización también destacó que este modelo de negocio a menudo depende de la explotación del medio ambiente y de las personas, no se adhiere a la legislación destinada a proteger el hábitat, la salud y la seguridad de los empleados y los clientes, y a veces cruza la línea entre lo que es legal e ilegal.
¿Cómo influye la moda en la crisis climática?
La industria de la moda es responsable de hasta un 10% de las emisiones mundiales de gases efecto invernadero e incumple sus propios compromisos sobre estas emisiones. Por otro lado, es una de las principales causas de la contaminación del agua a nivel mundial y más del 80% de los impactos medioambientales de su cadena de suministro tienen lugar en los países del sur, donde se encuentran la mayoría de sus fábricas.
¿Por qué Greenpeace duda de la política comercial de Shein?
Según Greenpeace, existe un velo de misterio en torno a los proveedores que fabrican los productos de Shein. Se sabe poco acerca de ellos, ubicados en Guangdong, China, que trabajan incansablemente durante los 7 días de la semana para confeccionar pedidos. Incluso se sabe menos sobre las fábricas encargadas de lavar y teñir los tejidos utilizados en la producción, las cuales son las principales contribuyentes a la huella de contaminación de la marca.
En un intento por arrojar luz sobre la composición química de los productos de Shein, Greenpeace adquirió 42 artículos de las páginas web en varios países europeos, incluyendo Austria, Alemania, Italia, España y Suiza. Además, adquirió 5 artículos en una tienda emergente en Múnich, Alemania. Estos productos fueron enviados a un laboratorio independiente llamado BUI para su análisis químico.
De los 47 productos adquiridos, se encontró que 7 de ellos superaban los límites reguladores establecidos por la Unión Europea para sustancias químicas peligrosas, lo que representa el 15% de los productos analizados. Todos ellos estaban fabricados total o parcialmente con materiales sintéticos derivados de combustibles fósiles: 6 de estos 7 productos eran botas o zapatos.
Cabe destacar que estos artículos se encontraban con niveles muy altos de ftalatos, un componente químico que se emplea en una gran variedad de productos de consumo(cañerías, revestimientos de vinilo para pisos y paredes, material para tejados, cristales de seguridad, componentes de automóviles, aceites lubricantes, detergentes, embalajes de alimentos, adhesivos, pinturas, tintas de impresión, selladores, productos sanitarios, etc.).