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Científicos buscan hacer rebotar la luz solar para combatir el cambio climático

Científicos buscan hacer rebotar la luz solar para combatir el cambio climático

No existen dudas de que el cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta el planeta en la actualidad. El aumento descontrolado de la temperatura mundial y los eventos climáticos extremos que este fenómeno desencadena ponen en riesgo la seguridad de las personas y de todos los seres vivos. 

Es por eso que para hacer frente a esta crisis, los científicos de todo el mundo han comenzado a explorar nuevas formas de combatir el calentamiento global. A través de investigaciones financiadas por gobiernos, fundaciones e inversionistas privados, y desarrolladas por algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, se están analizando alternativas como absorber dióxido de carbono de forma mecánica de la atmósfera o introducir hierro en los océanos para aumentar su capacidad de almacenar este gas contaminante en el fondo marino. 

Pero tal vez la tecnología que más lejos ha avanzado hasta el momento sea la geoingeniería solar. También conocida como modificación de la radiación solar o intervención climática, esta técnica se basa en un artículo de principios de los años noventa publicado en la revista científica Nature por el físico británico John Latham. En esta publicación, Latham exponía su idea de controlar el calentamiento global mediante la inyección de partículas en las nubes. 

¿Cómo podría la geoingeniería solar combatir el cambio climático?

La geoingeniería solar establece la posibilidad de intervenir los sistemas climáticos del planeta para poder enfriarlo de forma temporal. Una de las propuestas más innovadoras en este campo es la liderada por Robert Wood, un renombrado científico de la Universidad de Washington, que busca “iluminar las nubes” para que parte de la radiación proveniente del sol rebote hacia el espacio. 

Esta idea está basada en un principio científico denominado Efecto Towmey, que explica que un grupo de pequeñas gotas de agua diminutas es capaz de reflejar mayor cantidad de luz solar que un menor número de gotas de mayor tamaño. De esta manera se espera que con solo aumentar un 3% la reflectividad de las nubes, se pueda equilibrar el nivel de calentamiento global que las emisiones de gases de efecto invernadero provocan actualmente. 

Para lograr este proceso, el proyecto dirigido por Wood y financiado por Bill Gates, ha desarrollado aerosoles de sales microscópicas que serán rociados en las nubes. De esta forma, los expertos esperan aumentar su reflectividad y disminuir la cantidad de calor que llega a la Tierra.  Y aunque esta tecnología aún se encuentra en sus etapas iniciales, su potencial para enfriar el planeta ha generado un gran interés entre científicos y líderes políticos de todo el mundo.

¿Qué tan segura es esta tecnología para el planeta?

Como siempre que la mano del hombre interviene en la naturaleza, la idea de manipular intencionalmente el clima para contrarrestar el cambio climático ha generado una gran controversia. Miembros de agrupaciones ambientalistas como Greenpeace y The Nature Conservancy han proclamado su preocupación por los efectos secundarios que la geoingeniería solar podría tener para el planeta, como generar cambios en los patrones de precipitación o perjudicar gravemente a los ecosistemas. 

Pero además, existe otro gran riesgo asociado al desarrollo de esta tecnología: que sirva de excusa a los grandes países contaminantes para desviar el foco de las verdaderas soluciones a largo plazo, como el traspaso a energías sostenibles o la reducción de las emisiones de gases contaminantes. Es por eso que muchos científicos comprometidos con el medioambiente abogan por una evaluación exhaustiva de los riesgos y beneficios de la geoingeniería solar antes de su implementación a gran escala.

Recetas mágicas vs alternativas sostenibles

A medida que la crisis climática continúa intensificándose, es fundamental que los científicos, los líderes políticos y los grandes magnates que financian esta clase de tecnologías exploren todas las alternativas disponibles para mitigar los impactos del cambio climático. 

Opciones sostenibles como la reforestación, la transición hacia energías renovables como la solar o la eólica, y políticas que promuevan la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero son medidas clave para combatir el calentamiento global a largo plazo. 

No quedan dudas de que esta clase de decisiones deberían tomarse de manera transparente y con la participación de todos los involucrados. Teniendo en cuenta que el gobierno estadounidense se distanció por completo del estudio realizado por la Universidad de Washington, cabe preguntarse cuáles podrían ser las consecuencias para el planeta de la manipulación intencional del clima.