La Pampa: entre transgénicos, el despojo del agua y la agroecología como resistencia

La Pampa: entre transgénicos, el despojo del agua y la agroecología como resistencia

La Pampa, una provincia argentina ubicada en el centro del país, enfrenta una transformación radical en su panorama productivo y ambiental. En las últimas décadas, el modelo agroindustrial ha avanzado sobre tierras históricamente dedicadas a la ganadería y la producción caprina, mientras el cambio climático y la escasez de agua agravan la situación. Este artículo explora las complejas dinámicas del territorio pampeano, donde la expansión de los cultivos transgénicos y el despojo del agua están alterando profundamente las formas de vida de los campesinos. A pesar de los obstáculos, las familias productoras, especialmente en el oeste de la provincia, se resisten a esta dinámica a través de la agroecología.

La Pampa ha sido históricamente una tierra dedicada a la ganadería y a la producción de alimentos de origen animal, especialmente en su zona este. Sin embargo, en los últimos años, la agricultura intensiva, sobre todo la siembra de cultivos transgénicos como soja y maíz, ha desplazado al sector ganadero. Este fenómeno, conocido como agriculturización, está directamente vinculado al aumento de la producción de oleaginosas y cereales, que ocupan vastas áreas de tierra que antes eran pastizales para el ganado.

El avance del modelo agroindustrial ha tenido un impacto negativo en la calidad de los suelos y en la biodiversidad. La siembra directa, técnica que se promovió como una alternativa para aumentar los rendimientos agrícolas, ha extendido la frontera agrícola sobre terrenos originalmente destinados al pastoreo. La falta de rotación de cultivos y el uso intensivo de agroquímicos, como el glifosato, han generado una disminución de la calidad del suelo, con un aumento de la erosión y la desertificación. En este contexto, la ganadería tradicional, que en el pasado caracterizó a la región, ha sido relegada a zonas más áridas y marginales.

El conflicto por el agua: un despojo que amenaza a las comunidades campesinas

La escasez de agua en La Pampa ha sido un problema histórico, agravado por la sobreexplotación de los ríos Atuel y Salado-Chadileuvú, recursos hídricos que alimentan la región. Desde principios del siglo XX, los cortes en estos ríos y las disputas interprovinciales han dejado a la zona oeste de La Pampa sin acceso adecuado al agua, lo que ha afectado gravemente a las familias campesinas que dependen de los cursos fluviales para la cría de ganado y la agricultura.

El despojo del agua se intensificó con la construcción de represas y diques en las provincias vecinas, como Mendoza y San Juan, que han alterado los caudales naturales de estos ríos. En el oeste pampeano, donde las precipitaciones son escasas (menos de 400 milímetros anuales), la falta de agua ha generado un empobrecimiento de los ecosistemas y ha impulsado la migración interna hacia otras zonas más productivas. Las familias campesinas que habitan estos territorios, dedicadas en su mayoría a la cría de cabras, padecen la falta de agua potable para consumo humano y animal, un factor que amenaza directamente su supervivencia.

Este problema de escasez de agua es una manifestación clara del modelo extractivo que prioriza la producción intensiva de cultivos y la explotación de recursos a corto plazo, sin considerar el impacto ambiental y social a largo plazo. La falta de una gestión sostenible del agua ha dejado a las comunidades rurales en una situación de vulnerabilidad constante.

Agroecología: una alternativa frente al agronegocio

A pesar de las dificultades que enfrentan, los campesinos pampeanos han encontrado en la agroecología una forma de resistencia frente al modelo agroindustrial. En lugar de depender de agroquímicos y cultivos transgénicos, han comenzado a adoptar prácticas más sostenibles que respetan los ciclos naturales de los suelos y promueven la biodiversidad. La agroecología se presenta como una alternativa viable, no solo para la preservación de los recursos naturales, sino también para la regeneración de los suelos y la conservación del agua.

En el oeste pampeano, un número creciente de familias campesinas ha comenzado a aplicar principios agroecológicos en la cría de cabras y ovejas, cultivando alimentos de manera sostenible y utilizando el espacio de pastoreo de manera más eficiente. Estos productores han demostrado que es posible coexistir con la naturaleza sin depender de los insumos externos que impone el modelo agroindustrial. Además, la agroecología favorece la resiliencia frente al cambio climático, permitiendo a las comunidades adaptarse a condiciones climáticas cada vez más extremas.

A pesar de la resistencia que encuentran en el sistema económico y político, las iniciativas agroecológicas en La Pampa siguen creciendo, impulsadas por la necesidad de preservar la tierra y el agua, recursos fundamentales para la vida en la provincia. Estas iniciativas no solo buscan garantizar la soberanía alimentaria, sino también promover una agricultura más justa y equitativa, que respete los derechos de las comunidades rurales y favorezca el bienestar de las generaciones futuras.