Los pingüinos emperador saltan al vacío para sobrevivir

Pingüino emperador sobre la nieve mirando al mar mientras cae nieve.

Los pingüinos emperador habitan uno de los ecosistemas más inhóspitos del planeta. Tal vez por eso, han desarrollado un instinto de supervivencia que continúa sorprendiendo a científicos y miembros de organizaciones ambientalistas como Greenpeace. 

Recientemente, en la bahía Atka de la Antártida, un grupo de cineastas que trabajaban en un documental para la cadena National Geographic presenciaron un evento que les heló la sangre: decenas de crías de pingüino se arrojaron desde un acantilado de más de 15 metros hacia el océano en busca de alimento. 

Esta escena no solo ha puesto en evidencia la capacidad de adaptación de la especie, sino también las posibles consecuencias menos conocidos del cambio climático sobre los ecosistemas antárticos. 

El salto desesperado de los pingüinos emperador

Las imágenes registradas mientras se filmaba la serie documental “Secretos de los Pingüinos”, mostraron un hecho poco común: ¿Qué fue lo que empujó a estos jóvenes pingüinos a realizar un salto tan peligroso? Los investigadores creen que se trató de la combinación de 3 factores: el hambre, la presión biológica por llegar al mar y la transformación acelerada del hielo antártico en las últimas décadas como consecuencia del cambio climático.

Y es que, en condiciones normales, los pingüinos suelen desarrollarse en zonas de hielo que se encuentran casi al nivel del mar, por lo que el ingreso al agua se da de forma gradual. Pero el derretimiento de las plataformas de hielo ha ido obligando a algunas colonias a asentarse en terrenos más altos e inestables. 

Esta mudanza fuerza a las crías a realizar maniobras extremas para alcanzar el océano y encontrar alimento. Para los expertos se trata de un ejemplo explícito de cómo el cambio climático está modificando no solo el hábitat, sino también el comportamiento de la fauna del lugar.

Una carrera contra el deterioro de su ecosistema

La vida de los pingüinos emperador está marcada por condiciones extremas: temperaturas que pueden alcanzar los -50 grados centígrados, tormentas intensas y meses de oscuridad total. Debido a esto, a lo largo de los siglos, han desarrollado estrategias únicas de supervivencia. Pero en la actualidad, su ecosistema está cambiando a mayor velocidad, lo que hace que la especie tenga problemas para adaptarse. 

El deshielo prematuro provocado por el aumento de temperaturas afecta el éxito reproductivo, ya que los polluelos aún no emplumados pueden quedar expuestos al agua helada. Además, si el hielo se rompe antes de tiempo, los adultos se ven obligados a desplazarse mucho más lejos para para conseguir alimento, lo que debilita a las colonias. 

La situación es tan crítica que en 2023, una investigación publicada en la revista científica Communications Earth & Environment evidenció la pérdida total de varias camadas de polluelos debido a que el hielo desapareció antes de que estos fueran capaces de nadar. 

Cambios de comportamiento que preocupan 

El salto desde acantilados puede parecer un hecho aislado, pero cada vez se observan más cambios en los comportamientos de las especies polares. Los científicos han advertido una y otra vez que el calentamiento global está modificando los ritmos de alimentación, migración y reproducción de estos animales. 

En el caso de los pingüinos emperador, algunos grupos ya han comenzado a anidar en plataformas de hielo flotante, lo que hace que las crías sean extremadamente vulnerables a quedar aisladas y morir de hambre si el hielo se desprende. Además, se proyecta que para el año 2100, más del 90% de las colonias actuales podrían desaparecer si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Por este motivo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha clasificado al pingüino emperador como una especie “casi amenazada”, y varias organizaciones están pidiendo su inclusión en la lista de especies en peligro.

¿Qué se puede hacer para proteger a los pingüinos? 

El salto al vacío de estas crías de pingüino emperador es una señal de alerta innegable. La naturaleza está pidiendo a gritos que los seres humanos dejen de destruir sus ecosistemas. Solo hay que saber escucharla y no hacer oídos sordos a sus pedidos desesperados de ayuda. 

Para proteger a los pingüinos emperador es necesario tomar medidas urgentes que contribuyan a conservar el hielo marino, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y crear santuarios antárticos donde puedan reproducirse sin la interferencia de los humanos. 

Ya existen experiencias, como las áreas marinas protegidas en la Bahía de Ross (al sur de Nueva Zelanda), que han demostrado que, cuando se limitan las actividades industriales y se respeta el equilibrio natural, los ecosistemas antárticos son capaces de recuperarse rápidamente.