
En un hecho sin precedentes en la era moderna, el zarapito fino (Numenius tenuirostris), un ave migratoria emblemática, ha sido declarado oficialmente extinto. Esta es la primera extinción de un ave continental en Europa contemporánea, un acontecimiento que no solo marca un hito trágico en la historia de la biodiversidad, sino que también subraya el impacto devastador de las actividades humanas en los ecosistemas, una problemática por la que vienen reclamando las organizaciones ambientalistas del mundo, como Greenpeace, desde hace décadas.
La desaparición del zarapito fino
El zarapito fino era conocido por sus extensas migraciones entre regiones de cría en Kazajistán y Rusia, áreas de descanso en Europa y zonas invernales en el norte de África y el oeste de Asia. Sin embargo, desde 1995 no se han registrado avistamientos confirmados de la especie, a pesar de los esfuerzos realizados a lo largo de décadas para localizarla.
Su extinción ha sido atribuida a tres factores principales: la caza masiva durante sus migraciones a través del Mediterráneo, la pérdida de su hábitat debido a la transformación de pastizales en tierras agrícolas y la intensificación de la ganadería, y su patrón migratorio único, que lo hacía especialmente vulnerable a la degradación de los ecosistemas en múltiples regiones.

Proceso de confirmación
El equipo de Alex Bond, investigador del Natural History Museum, llevó a cabo una investigación exhaustiva para confirmar la extinción del zarapito fino. Su análisis incluyó la revisión de muestras conservadas en museos, reportes históricos y fotografías, siendo la última evidencia verificable una imagen capturada en Marruecos en 1995.
Tras evaluar la información disponible, los investigadores concluyeron que la probabilidad de que la especie siga existiendo es de tan solo un 0,4%. Este anuncio coloca al zarapito fino junto a otras aves europeas extintas en tiempos modernos debido a actividades humanas, como el alca gigante y el ostrero de Canarias.
Primera extinción continental de un ave en Europa
A diferencia de otras aves europeas que han desaparecido, como las mencionadas, que habitaban exclusivamente islas, el zarapito fino es la primera especie continental en declararse extinta en la era moderna. Este hecho refuerza la magnitud de la pérdida, al destacar cómo los cambios en el uso del suelo, la caza y las alteraciones en los ecosistemas impactan incluso a especies que abarcan vastas áreas geográficas.
La desaparición de esta ave no solo representa una pérdida irreparable para la biodiversidad europea, sino que también funciona como un presagio de lo que podría ocurrir con otras especies si no se toman medidas urgentes para abordar las amenazas ambientales.

Especies bajo amenaza
La extinción del zarapito fino también sirve como un llamado de atención sobre el estado de otras aves que enfrentan peligros similares en Europa y la región paleártica occidental. Entre ellas, el carricerín cejudo, cuya población cuenta con apenas unos pocos miles de ejemplares, está al borde de la extinción debido a factores como la pérdida de hábitat, la caza y los cambios en el uso del suelo.
El caso del carricerín cejudo pone en evidencia cómo las mismas amenazas que llevaron al zarapito fino a desaparecer continúan afectando a otras especies. Sin esfuerzos significativos de conservación, la lista de aves extintas podría seguir creciendo en los próximos años.
Futuro incierto para las especies migratorias
La desaparición del zarapito fino subraya la vulnerabilidad de las aves migratorias, cuyo ciclo de vida depende de ecosistemas saludables a lo largo de sus rutas. La combinación de caza intensiva, degradación ambiental y cambios en el uso del suelo ha creado un entorno hostil para muchas de estas especies, llevándolas al borde de la extinción.
Este caso no solo pone de relieve las fallas en la protección de la biodiversidad, sino que también destaca la necesidad de implementar medidas urgentes para preservar las aves que aún enfrentan amenazas. Si no se actúa de manera inmediata, el destino del zarapito fino podría repetirse en otras especies, erosionando aún más la riqueza natural del planeta.