El cerebro es el órgano donde más se acumulan los microplásticos

 El cerebro es el órgano donde más se acumulan los microplásticos

Desde hace años, los científicos vienen advirtiendo que tanto los microplásticos como los nanoplásticos se infiltran en nuestro organismo a través de los alimentos, el agua y el aire. Estas diminutas partículas pueden medir entre 0,1 micrómetros y 5 milímetros, y ya han sido detectadas en los pulmones, el estómago, los riñones, en la sangre, la leche materna, las placentas e incluso en los testículos. 

Sin embargo, un nuevo estudio encabezado por Matthew J. Campbell, biólogo del Centro para Metales del New México Center (en los Estados Unidos) y publicado en la revista científica Nature Medicine, ha demostrado que el cerebro es el órgano donde se acumula una mayor proporción de estos materiales. 

Para llegar a esta conclusión, los expertos analizaron las muestras cerebrales de personas fallecidas entre 2016 y 2024. En ellas, descubrieron un aumento progresivo en la concentración de microplásticos en comparación con muestras históricas de entre 1997 y 2013. Este hallazgo ha preocupado a la comunidad científica por los efectos que los microplásticos podrían tener sobre el sistema nervioso central.

Los microplásticos están entre nosotros

Durante su presentación, el autor principal del estudio explicó la principal causa detrás de este aumento es la creciente exposición a los plásticos en la vida cotidiana de los seres humanos. Sin embargo, existe una pequeña luz de esperanza: no se observaron mayores rastros de nanoplásticos en los adultos mayores que en los jóvenes. Esto indicaría que el cuerpo es capaz de eliminarlos con el tiempo. El problema es el daño que producen mientras están en el organismo.

La producción mundial de plásticos se duplicó entre 2000 y 2019. Hoy alcanza las ¡460 millones de toneladas anuales! Pero lamentablemente, la mayor cantidad de ellos acaban en el medioambiente debido a la deficiente gestión que se hace de los desechos a nivel mundial. Sin ir más lejos, hay investigaciones que han detectado su presencia en el 99% de los mariscos disponibles en el mercado.

¿Cómo repercuten los plásticos en el cerebro?

Eva Jiménez-Guri, una investigadora de la Universidad de Exeter, ha destacado que la alta concentración de plástico en el cerebro podría deberse a cómo está compuesto el tejido cerebral. Como el plástico es hidrofóbico (es decir que repele el agua), se acumula con mayor facilidad en los tejidos con alto contenido de grasa. 

Como el cerebro tiene mayor un porcentaje lipídico que los riñones o el hígado, su concentración allí aumenta. Por otro lado, los investigadores han sugerido que los nanoplásticos podrían ingresar al cuerpo a través de la grasa, filtrándose desde el intestino al torrente sanguíneo. 

La relación entre el plástico y las enfermedades neurodegenerativas

Tal vez uno de los aspectos más alarmantes del estudio tiene que ver con la relación entre la concentración de plásticos en el cerebro y el mayor riesgo de demencia. Diversas investigaciones han demostrado que existe un mayor porcentaje de microplásticos en los tejidos cerebrales de personas con Alzhéimer, Parkinson y esclerosis múltiple.  

Y aunque podría deberse a fallos en la barrera hematoencefálica o incluso a variaciones en los mecanismos de defensa (por lo que no se ha demostrado una relación directa entre la presencia de plástico en el cerebro y estas enfermedades), diversos estudios en animales han probado que los nanoplásticos pueden generar daño cerebral. 

En 2023, por ejemplo, se analizó el cerebro de peces cebra contaminado con microplásticos y se encontró que estos generaban daños oxidativos y aceleraban el envejecimiento cerebral. Mientras que en un estudio reciente en ratones, que fue publicado en el medio científico Science Advances, se descubrió que las células inmunitarias del sus cerebros engullían los microplásticos. Esto provocaba bloques de plástico más grandes que podían el flujo sanguíneo y favorecer la aparición de coágulos.

El enigma de los plásticos en el cuerpo humano

Ante toda esta evidencia, miembros de organizaciones ambientalistas como Greenpeace han alzado la voz para volver a pedir a los líderes del mundo que tomen medidas urgentes para frenar la contaminación plástica mundial. Ya no quedan dudas de que los microplásticos están arruinando el planeta y es solo cuestión de tiempo antes de poder probar que también deterioran la salud humana. 

El plástico ha invadido la Tierra y ya forma parte de cada uno de sus habitantes. La basura que los seres humanos generan se infiltra en sus cuerpos a tal grado que se estima que cada persona podría estar ingiriendo hasta ¡cinco gramos de plástico a la semana! Es hora de tomar cartas en el asunto y frenar esta crisis de una vez por todas.