
En el año 2023, la Cámara de Diputados aprobó parcialmente el proyecto que busca establecer el Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul. Es importante destacar que dicha propuesta abarcará unos 148 mil kilómetros cuadrados del lecho marino. Esto incluye dentro de la Plataforma Continental Argentina, lo que será beneficioso para avanzar en investigaciones científicas y para conservar el Mar Argentino.
Este es un lugar específico del talud continental. Su área es de aproximadamente 6.600 kilómetros cuadrados y se encuentra a alrededor de 500 kilómetros al este del golfo San Jorge, en las provincias de Chubut y Santa Cruz. Es la única parte donde la isobata de 200 metros –la línea que conecta puntos de igual profundidad en el océano y el mar– se encuentra fuera de la Zona Económica Exclusiva. Por lo tanto, la parte oriental se sitúa en aguas internacionales.
Además, el Agujero Azul tiene una gran diversidad de vida bentónica –los organismos que viven en el fondo del mar– que está en riesgo debido a la pesca ilegal llevada a cabo por embarcaciones extranjeras. Esta diversidad incluye desde bosques de corales, esponjas, estrellas de mar y vieiras patagónicas, hasta rayas, tiburones, merluzas y calamares, junto con ofiuras y briozoos. El proyecto también tiene como objetivo proteger la estructura y función de ecosistemas y entornos de alta biodiversidad, como los cañones submarinos (que son valles de pendientes inclinadas en el talud continental).
En este contexto, la relevancia de la propuesta, que está a la espera de ser votada en el Senado, se basa en «la necesidad de evitar que continúe y aumente la pesca de arrastre de fondo, así como la expansión de la frontera hidrocarburífera. También se busca contribuir a la reducción del cambio climático», comenta Valeria Falabella, directora del Programa de Conservación Costera y Marina de WCS Argentina, una de las organizaciones que participó en este proyecto legislativo.
Falabella también señala: “El entorno que forman estas especies sirve de refugio, área de cría y de desove para muchos otros animales que dependen de ellas para tener un ciclo de vida saludable. Además, estos ecosistemas son cruciales para la capacidad de los océanos de combatir el cambio climático, ya que ayudan en la captura y almacenamiento de grandes cantidades de carbono en sus estructuras”.
Fortalecer la soberanía
Por otro lado, Luis Cappozzo, biólogo marino y investigador principal de Conicet, menciona que esta iniciativa fomentará el desarrollo de nuevas tecnologías aplicables a la explotación sustentable de los recursos naturales y al crecimiento de industrias relacionadas con el mar. De esta forma, “se promoverá la conciencia marítima entre la sociedad argentina y se apoyará la soberanía de nuestro país en la región del Atlántico Sur con información y presencia científica”.
El Agujero Azul es una de las cinco áreas seleccionadas por Pampa Azul. Cappozzo explica que “esta propuesta busca optimizar la extracción de los recursos del Mar Argentino mediante la zonificación, el ordenamiento, la implementación de nuevas tecnologías, la capacitación, el financiamiento de investigaciones y la vigilancia”. En resumen, se trata de utilizar los recursos de forma razonable y sostenible.
Pesca ilegal
Según los expertos, la gran diversidad biológica en esta zona del Atlántico Sur se ve amenazada por la pesca internacional, que carece de regulación y control. La creación de un área marina protegida ayudará a restringir estas actividades destructivas y permitirá la protección y recuperación de los fondos marinos y los ecosistemas bentónicos. También se espera que favorezca la habilidad del océano en general y del Agujero Azul en particular para seguir almacenando carbono.
Al servicio del cuidado ambiental
Desde hace tiempo, las organizaciones internacionales y ambientales han instado a los gobiernos a tomar medidas ante el cambio climático, dado que las consecuencias pueden ser severas. Por ello, contar con áreas que protejan los ecosistemas y que promuevan la investigación científica es un progreso significativo.
La aprobación preliminar del proyecto en la Cámara Baja fue bien recibida por biólogos marinos y diversas organizaciones, lo que genera expectativas sobre su avance en el Senado. Falabella señala que, gracias a varios estudios científicos, se pueden mencionar tres razones que justifican la aprobación del proyecto.
En primer lugar, la humanidad es responsable de la crisis ambiental debido a prácticas insostenibles en el uso de recursos. En segundo lugar, las áreas marinas protegidas son «una herramienta fundamental» para resguardar ambientes marinos y mantener el equilibrio de los ecosistemas, lo cual es crucial para la supervivencia humana. Finalmente, aunque ya hay datos científicos que respaldan la protección del Agujero Azul, “la ciencia seguirá subrayando la importancia de proteger estos entornos”.
“Confiamos en que los senadores actuarán con la sensibilidad y responsabilidad necesarias ante esta grave crisis ambiental caracterizada por la pérdida de hábitats y biodiversidad, especialmente en un contexto de cambio climático”, subraya la representante de WCS Argentina.