
El glaciar Perito Moreno, ubicado en la región sur de Argentina, ha sido un referente mundial en cuanto a su estabilidad y majestuosidad. Sin embargo, en los últimos años, su comportamiento ha cambiado de manera alarmante. La pérdida de hielo es un fenómeno que cada vez se intensifica, afectando no solo la estructura del glaciar, sino también el ecosistema local y global. Para entender este proceso y sus consecuencias, un equipo internacional de científicos se ha propuesto realizar un seguimiento detallado de la pérdida de hielo mediante la implementación de innovadores modelos 3D.
Un equipo de ingenieros y expertos en fotogrametría de distintas partes del mundo, como España, Alemania y Colombia, instaló ocho cámaras fotográficas en el promontorio rocoso frente al glaciar Perito Moreno. Cada 30 minutos, estas cámaras capturan imágenes que, al ser procesadas, generarán modelos 3D del frente del glaciar. Este sistema no solo permite observar el avance de los desprendimientos, sino también medir la cantidad exacta de hielo que se pierde cada día. Para ello, se utilizarán técnicas avanzadas de inteligencia artificial que permiten correlacionar los volúmenes de hielo con diversos parámetros climáticos y físicos del glaciar.
El proyecto, que comenzó en diciembre de 2024, tiene una duración de dos años, tiempo suficiente para obtener una gran cantidad de datos y generar un análisis exhaustivo. Las cámaras, alimentadas por energía solar, están instaladas estratégicamente sobre un promontorio a más de 200 metros de distancia del glaciar, lo que permite tomar imágenes de un área de 300 metros de largo. Los científicos tienen como objetivo identificar el fenómeno conocido como calving (el desprendimiento de bloques de hielo) y cuantificar la cantidad de hielo que se pierde a diario.
Tecnología fotogramétrica: el proceso de creación de modelos en 3D
La fotogrametría es una técnica que permite obtener datos precisos a partir de imágenes fotográficas. En este caso, las imágenes obtenidas por las cámaras fotográficas serán procesadas para crear un modelo tridimensional del glaciar. Este modelo no solo tiene la ventaja de ser visualmente detallado, sino que también permitirá realizar mediciones exactas del volumen de hielo desprendido, la velocidad de desplazamiento del glaciar y otros parámetros importantes. Según el doctor Xabier Blanch, profesor de la Universitat Politécnica de Catalunya y uno de los principales impulsores del proyecto, la fotogrametría con múltiples imágenes permite obtener un modelo tridimensional escalado, lo que facilita el cálculo de distancias, volúmenes y otras características físicas.
A través de estos modelos, los científicos podrán analizar de manera continua los cambios en la masa de hielo del glaciar. Además, el uso de inteligencia artificial permitirá que los algoritmos aprendan de los datos y mejoren continuamente el análisis, haciendo más preciso el cálculo de los desprendimientos. Este enfoque innovador podría proporcionar información crucial para entender cómo los glaciares responden a los cambios climáticos y cómo interactúan con el entorno.
El futuro de la investigación: ¿cómo impactará este proyecto?
Este monitoreo exhaustivo tiene implicaciones no solo para la ciencia del clima, sino también para la comprensión del impacto del cambio climático en los glaciares del mundo. Durante años, los científicos han intentado modelar el comportamiento de los glaciares, pero rara vez se ha tenido en cuenta la correlación entre el calving y los factores ambientales y físicos que afectan a los glaciares. Este proyecto tiene el potencial de cerrar esa brecha y proporcionar una visión más clara de cómo factores como la velocidad del empuje del glaciar, la radiación solar y las variaciones climáticas afectan la pérdida de hielo.
Si bien los resultados definitivos de esta investigación se conocerán en dos años, los científicos esperan contar con un inventario de los desprendimientos ocurridos en el glaciar durante el primer año. Estos datos no solo serán valiosos para los expertos en glaciología, sino también para los encargados de la conservación del medio ambiente y los responsables de políticas públicas, quienes podrán tomar decisiones informadas sobre la preservación de estos ecosistemas en riesgo.