Conservación de especies: nace un cervatillo de pudú en Argentina

Conservación de especies: nace un cervatillo de pudú en Argentina

A finales de 2024 se produjo un hito para la conservación de una especie amenazada en Argentina: el nacimiento de un ejemplar de pudú en el bioparque Temaikén. Este característico ciervo es considerado uno de los más pequeños del mundo, pero desde hace años viene padeciendo debido a la pérdida de su hábitat natural y a la introducción de especies depredadoras que ponen en riesgo su existencia.

El nuevo cervatillo recibió el nombre de Lenga por parte de sus cuidadores (en honor a un árbol típico de la Patagonia) y representa una oportunidad única para los científicos, ya que les permitirá recopilar datos sobre esta y otras especies de ciervos patagónicos (como el huemul) para poder protegerlos mejor y asegurar su conservación. 

Por este motivo, este pequeño se ha convertido en un símbolo de esperanza para una especie que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), está cerca de pasar a la categoría bajo amenaza.

¿Qué tipo de animal es el pudú y por qué es importante su conservación?

El pudú es uno de los ciervos más pequeños del mundo y habita los bosques templados de Chile y del sur de Argentina. Su altura no suele superar los 40 centímetros y su peso máximo apenas alcanza los 12 kilogramos. Debido a su tamaño diminuto y a su comportamiento temeroso, suele ser difícil observarlo en la naturaleza.

Pero a pesar de su encanto natural, el pudú se encuentra “caso amenazado” según la UICN. ¿Cuáles son las causas detrás de esta categorización? La deforestación, la expansión urbana y la introducción de especies invasoras en su hábitat natural. Además, los perros salvajes se han convertido en un peligro constante para las poblaciones silvestres de este animal.

Lenga, un símbolo de esperanza

Lenga, el cervatillo nacido en la Fundación Temaikén, llegó al mundo con un peso de apenas 1,2 kilos. El animalito de pelaje marrón claro y manchas blancas (diseñadas para camuflarse en su entorno natural) fue bautizado con un nombre que rememora el hábitat natural de esta especie, el árbol lenga, característico de los bosques patagónicos del sur de Argentina y Chile. 

Durante sus primeros meses de vida, Lenga estará bajo el cuidado de sus padres, Chaltén y Nicolino, y será observado de cerca por personal del equipo del bioparque para asegurar que su desarrollo transcurra con normalidad. Pero tanto los expertos del parque como miembros de organizaciones ambientalistas como Greenpeace Argentina esperan que, en los próximos años, los datos recolectados durante su crecimiento sirvan para diseñar estrategias de conservación para otras especies que ahora mismo están padeciendo los efectos de las actividades humanas en la región patagónica. 

¿Por qué el pudú está es una especie amenazada?

En la actualidad, el pudú ha visto reducida su población debido a los efectos de actividades humanas como la deforestación (que reduce los bosques patagónicos para reemplazarlos por tierras para la agricultura). La tala de árboles fragmenta su hábitat natural y los deja mucho más expuestos a los depredadores. 

Por otro lado está el grave problema de los perros salvajes. Estos animales fueron introducidos por los seres humanos y poco a poco se han ido convirtiendo en una de las principales amenazas para esta especie. Finalmente, los pudúes son víctimas de la caza furtiva y el tráfico de animales exóticos ya que, aunque existen leyes nacionales e internacionales que los protegen, no hay recursos para hacer cumplir estas normativas.

La importancia de los bioparques para la conservación de especies autóctonas

Los bioparques como Temaikèn desempeñan un rol fundamental en la conservación de especies amenazadas dentro de cada país. Estos espacios no solo sirven como refugios seguros para animales en peligro, sino también como centros de investigación para la comunidad científica, y de educación ambiental para los ciudadanos. 

De acuerdo con Cristian Guillet, director de operaciones zoológicas de este establecimiento, el nacimiento de Lenga permitirá estudiar el comportamiento de esta especie amenazada de un modo que resultaría imposible en la naturaleza (al tratarse de individuos poco sociables y de temperamento huidizo). 

Pero además de permitir esta interacción con las especies en peligro, los bioparques como Temaikèn suelen colaboran con organizaciones internacionales para crear programas de cría y reintroducción que permiten aumentar las poblaciones silvestres y contrarrestar las amenazas que los animales enfrentan día a día en sus entornos naturales.