Los efectos del cambio climático en la salud o sectores como la agricultura son cada vez más pronunciados. Cada vez más el Planeta Tierra está siendo afectado por situaciones y eventos climáticos extremos que afectan nuestra vida diaria.

El cambio climático ya es parte de la rutina de la sociedad
El cambio climático ha traído consigo una serie de transformaciones notables que afectan directamente nuestra vida diaria. La advertencia de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sobre el aumento de las temperaturas, incluso superando los 25 °C en el Mediterráneo en diciembre, es solo un ejemplo de cómo el clima inusual se ha convertido en una nueva normalidad.
Estas variaciones térmicas son solo la punta del iceberg. La salud de las personas se ha visto afectada por eventos climáticos extremos, como olas de calor más intensas y prolongadas, que han traído consecuencias directas en la calidad del aire y la salud respiratoria. Además, el cambio climático ha desencadenado alteraciones y propagación de enfermedades.
En el ámbito alimentario, las variaciones climáticas han influido en la producción agrícola, alterando los ciclos de cultivo y afectando la disponibilidad y calidad de los alimentos. Sequías más frecuentes, inundaciones repentinas y cambios en las estaciones han tenido un impacto significativo en la seguridad alimentaria.
Además, el cambio climático también está afectando aspectos cotidianos como la disponibilidad de recursos naturales, la planificación urbana, la gestión del agua y la energía, entre otros. Las comunidades y los gobiernos se ven desafiados a adaptarse a estos cambios para garantizar un entorno sostenible y resiliente.

- Mercado laboral en riesgo
Según lo indicado por la Unión Europea, el aumento de las temperaturas, los cambios en las precipitaciones y el incremento del nivel del mar tendrán impactos directos o indirectos en la productividad y viabilidad de diversos sectores económicos, así como en los trabajadores. Se identifican sectores particularmente vulnerables, como la agricultura y el turismo, los cuales dependen en gran medida de la regularidad de las condiciones climáticas.
El sector agrícola, por ejemplo, se verá afectado por variaciones en los patrones de lluvia y temperaturas, lo que puede alterar los ciclos de cultivo y la calidad de los productos. Por otro lado, el turismo, que también es sensible a condiciones climáticas estables, podría enfrentar desafíos debido a eventos climáticos extremos o cambios en los destinos turísticos tradicionales.
- El sector inmobiliario también sufre
El mercado de bienes raíces también enfrenta crecientes desafíos debido al cambio climático, manifestando sus impactos de manera palpable en las infraestructuras y edificaciones. Este fenómeno limita la vida útil de las construcciones, volviéndose más susceptibles a daños e inutilizables ante cambios meteorológicos o desastres naturales, cada vez más frecuentes en todo el mundo.
Para adaptarse a esta nueva realidad, se ha iniciado la construcción de edificaciones considerando posibles riesgos, evitando ubicaciones propensas a inundaciones y utilizando materiales más resistentes y, a menudo, más costosos. Este ajuste eleva los precios finales de las propiedades.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que el impacto del cambio climático no se limita al ámbito residencial, ya que las infraestructuras urbanas también sufren las consecuencias de los patrones climáticos. Las carreteras, por ejemplo, experimentan un estrés adicional en sus materiales, resultando en más fallos y roturas. Esto se traduce en más congestiones vehiculares a medida que se realizan reparaciones y mantenimiento para abordar estos problemas.

- Sube el precio de los alimentos
Los precios de los alimentos están experimentando un aumento significativo debido a las perturbaciones en el clima que afectan la producción mundial. Las cosechas se pierden o dañan con mayor frecuencia, y el cultivo de ciertos productos se vuelve más complejo. A medida que la disponibilidad disminuye, los consumidores se enfrentan a precios más elevados.
Productos fundamentales como el arroz, derivados del trigo, algunas frutas como las cerezas, así como ciertos productos marinos, se vuelven difíciles de encontrar y menos accesibles para las clases menos adineradas.
Este aumento en los precios de los alimentos no solo impacta en la economía doméstica de las personas, sino que también enfatiza la necesidad de abordar las causas de estas perturbaciones climáticas para garantizar la seguridad alimentaria a nivel global.