Carbono negro: la nueva amenaza derivada de los incendios forestales

Carbono negro: la nueva amenaza derivada de los incendios forestales

En los últimos años, los incendios forestales vienen causando estragos en los ecosistemas de Chile. Pero recientemente, los científicos han alertado a la población acerca de una nueva amenaza relacionada con ellos: las emisiones de carbono negro. Esta sustancia se genera por la combustión incompleta de materiales orgánicos como la madera o los combustibles fósiles como el carbón y puede provocar graves consecuencias tanto para el medioambiente como para la salud de las poblaciones afectadas. 

Cuando se quema madera, carbón o combustibles derivados del petróleo (algo sumamente común en los incendios forestales), el aire se llena de partículas muy finas de carbono negro, dióxido y monóxido de carbono, y otros compuestos orgánicos. Estos componentes tóxicos se concentran en la atmósfera durante días y producen su calentamiento, alterando el clima e impactando de forma negativa en los ecosistemas, la agricultura, el agua y la salud humana. 

Pero a pesar de los peligros que conlleva la emisión de carbono negro, y de la asiduidad con la que se vienen repitiendo siniestros como los ocurridos recientemente en la región de Valparaíso, en Chile aún no existen normativas que regulen estas sustancias. 

Enfermedades derivadas de los incendios forestales

El carbono negro, al que también se conoce comúnmente como hollín, es un contaminante atmosférico que puede viajar largas distancias a través del viento, causando daños tanto a la salud humana como al entorno natural. Entre sus efectos adversos más comunes se destacan los problemas respiratorios como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y el agravamiento de enfermedades preexistentes como la bronquitis o el asma.

Pero además, estudios médicos recientes sugieren que la exposición prolongada al carbono negro puede generar en las personas un mayor riesgo de padecer infecciones pulmonares y contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Como suele suceder con esta clase de consecuencias, los más propensos a padecerlas son los más vulnerables: los niños, las personas mayores de 60 años y aquellas que cuentan con condiciones de salud preexistentes que debilitan sus sistemas inmunes.

¿Por qué es importante regular el carbono negro para la salud pública de Chile? 

A pesar de ser un contaminante largamente conocido, actualmente Chile no cuenta con normas que regulen el carbono negro. Los expertos explican que, al tratarse de una sustancia cuyos efectos adversos para la salud y el medioambiente están ampliamente documentados, la falta de leyes que regulen y monitoreen sus emisiones representa un verdadero vacío legal para la salud pública chilena.

Grupos ambientalistas como Greenpeace Chile, que desde hace años abogan por un mayor control de los incendios forestales y sus consecuencias para la salud humana y medioambiental, han propuesto la instalación de dispositivos que permitan analizar de manera constante los niveles de este contaminante en las áreas más afectadas por los siniestros. En especial en zonas residenciales aledañas a carreteras, donde los incendios forestales ocurren con mayor asiduidad.

Además, diversas organizaciones ecologistas del país han destacado la importancia de regular las emisiones de carbono negro y promover fuentes de energía alternativas a los combustibles fósiles. De este modo no solo se estaría preservando la salud humana, sino que se estaría contribuyendo a combatir el calentamiento global que, en gran medida, es responsable directo de los incendios forestales que azotan al territorio chileno. 

¿Qué niveles de carbono negro existen en Chile?

Investigaciones llevadas a cabo por universidades y científicos locales han permitido llevar a cabo un inventario nacional de Carbono Negro (CN) en las zonas del país más afectadas por la combustión de combustibles y los incendios forestales. Este estudio reveló que en los últimos 30 años, las emisiones de CN aumentaron cerca de un 50% con respecto a las mediciones registradas en 1990. 

En mayor parte estos niveles están relacionados con la quema de combustibles para llevar a cabo las actividades del sector energético. Sin embargo, se ha registrado un alza muy grande en aquellos años en los que se produjeron incendios forestales. Por ejemplo, en 2017, cuando las emisiones totales de CN fueron de 31,4 kilo toneladas y la mitad de ellas fueron producto de la quema de los bosques del país.