En el territorio chileno se pueden encontrar varias especies de felinos salvajes, desde los característicos pumas hasta los pequeños gatos güiña. Gracias a la diversa geografía del país, que va desde las altas cumbres de los Andes hasta los frondosos bosques del sur, estos animales pueden coexistir en los diferentes ecosistemas. Sin embargo, muchas de estas especies se hallan en peligro por las actividades humanas.
El gato andino, por ejemplo, se encuentra al borde de la extinción como consecuencia de la destrucción de su hábitat y la fragmentación de sus territorios por parte de la industria minera. Mientras que la caza y el cambio climático ponen en una posición extremadamente vulnerable a los pumas y otros felinos autóctonos.
¿Por qué existe tanta variedad de felinos salvajes en Chile?
Chile es el hogar de 5 especies de felinos salvajes, entre los que destacan el puma, el gato colocolo, el gato andino, el gato güiña y el gato de Geoffroy. Cada uno de estos animales habita en diferentes regiones del país y sus características únicas les han permitido adaptarse a sus entornos. El caso más emblemático es el del puma, cuya capacidad de adaptación le ha permitido estar presente en casi todo el continente americano, más allá de los climas y paisajes.
El gato colocolo se encuentra en el otro extremo. Se trata de un felino mucho más pequeño que habita principalmente en áreas de matorrales y en los bosques. Y aunque su comportamiento solitario y sus hábitos nocturnos vuelven complicado su avistamiento, la expansión agrícola y la deforestación están perjudicando su hábitat y poniendo en riesgo su supervivencia.
¿Qué caracteriza al puma, el felino salvaje más emblemático?
El puma (Puma concolor) es el felino más grande de Chile y uno de los más populares del continente americano. Este felino es reconocido por ser muy sigiloso y por tener grandes habilidades para la caza. Pueden pesar hasta 80 kilos ¡y medir más de dos metros de longitud! Por lo general prefieren las zonas donde abundan sus presas, como guanacos y aves, pero se los puede ver en diversos ecosistemas, desde los bosques hasta los desiertos.
En Chile, la mayor población de pumas se encuentra en el Parque Nacional Torres del Paine, donde estudios recientes han revelado que existe una densidad de 5,1 pumas por cada 100 kilómetros cuadrados, la más alta registrada en el mundo. Pero a pesar de su adaptabilidad, este felino padece sus encuentros con los ganaderos, que suelen cazarlos de manera ilegal porque los perciben como una amenaza para sus rebaños.
¿Qué felino salvaje se encuentra en peligro de extinción actualmente?
Sin lugar a dudas e felino más amenazado de América es el gato andino o Leopardus jacobita. Actualmente cuenta con una población de tan solo 1,378 individuos adultos. También conocido como el «fantasma de los Andes», este animal habita en terrenos rocosos de las zonas altas de Chile, Argentina, Bolivia y Perú. Pero vienen siendo víctimas de la caza y padeciendo la destrucción de su hábitat por parte de proyectos mineros.
Investigaciones recientes han descubierto una nueva población de gatos andinos en la Cordillera de los Andes, cerca de la Región Metropolitana de Santiago. Esto ha generado un renovado interés en su conservación. Sin ir más lejos, miembros de la organización ambientalista Greenpeace Chile abogan para que el gobierno tome medidas urgentes para garantizar la protección de esta especie crucial para el equilibrio de los ecosistemas andinos.
¿Por qué los felinos salvajes son tan importantes para el equilibrio ecológico?
Al tratarse de depredadores tope, estas especies ayudan a controlar las poblaciones de roedores, aves y otros pequeños mamíferos. Por este motivo, su presencia evita que se produzca un desequilibrio en los ecosistemas andinos. Si estos felinos desaparecieran podría haber un efecto en cascada que pondría en riesgo no solo al medioambiente, sino también la disponibilidad de recursos como el alimento o el agua para el resto de los seres vivos de estos ecosistemas.
El puma, por ejemplo, es esencial para mantener bajo control a las poblaciones de herbívoros como los guanacos, cuya sobrepoblación podría causar un agotamiento de los recursos vegetales. Mientras que el gato güiña ayuda a controlar las poblaciones de roedores en los bosques del sur de Chile.
Si alguno de estos felinos dejara de estar presente en estos territorios, la biodiversidad podría desplomarse de forma irrecuperable. Por eso, es imprescindible que el gobierno y la ciudadanía tomen cartas en el asunto para combatir los factores que los ponen en riesgo: desde el cambio climático que provoca incendios forestales, hasta los proyectos agrícolas o mineros que destruyen sus hábitats naturales y los obligan a salir de sus zonas de confort.