La empresa Lego se pasa al plástico reciclado para cuidar el medioambiente

La empresa Lego se pasa al plástico reciclado para cuidar el medioambiente

El plástico es uno de los materiales más comúnmente utilizado a lo largo y ancho del planeta. Sin embargo, también se trata de uno de los más perjudiciales para el medioambiente. Desde que, alrededor del año 1950, se comenzara a producir de forma masiva, el plástico ha ido generando un problema global de contaminación que afecta a los océanos, la tierra y el aire. 

Y es que, al tratarse de un material no biodegradable (es decir que no es capaz de descomponerse y reintegrarse a los ecosistemas de manera natural), el plástico persiste en los entornos durante cientos de años. Por si esto fuera poco, con el paso del tiempo va fragmentándose en microplásticos que se infiltran en la cadena alimentaria y amenazan la biodiversidad del planeta. 

Ante esta problemática, y gracias a la presión ejercida por el público y organizaciones ambientalistas como Greenpeace, algunas empresas productoras de plástico han comenzado a optar por alternativas más sostenibles. Lego, por ejemplo, acaba de anunciar un plan para reemplazar el plástico tradicional de sus ladrillos de juguete (hecho a partir de combustibles fósiles) por materiales renovables y reciclados. 

Si bien la transición no será completa hasta el año 2032, este cambio adoptado por un gigante de la industria del juguete como Lego significa un verdadero hito en la industria del juguete. Y es un nuevo ejemplo de cómo la presión ejercida de los consumidores puede contribuir a que las empresas opten por prácticas más sostenibles. 

¿Qué es el plástico renovable? 

A diferencia del plástico tradicional, confeccionado a partir de combustibles fósiles como el petróleo, el plástico renovable se fabrica utilizando recursos naturales capaces de regenerarse en un corto período de tiempo. Po ejemplo, a partir de fuentes como plantas (caña de azúcar, maíz o algas), residuos agrícolas o aceites vegetales. 

El uso de estos materiales tiene un doble beneficio para el medioambiente. Por un lado, porque no contribuye al agotamiento de los recursos no renovables ni genera grandes cantidades de gases de efecto invernadero que empeoren el cambio climático. Y por otro, porque algunos de estos plásticos renovables son biodegradables, es decir, que pueden descomponerse de manera natural, disminuyendo la cantidad de desechos plásticos que terminan contaminando los océanos.

El nuevo material de los ladrillos de juguete

De acuerdo con su CEO, Niels Christiansen, Lego lleva años buscando la mejor alternativa para reemplazar el plástico de sus piezas. Desde 2015, la empresa ha probado más de 600 materiales diferentes para intentar encontrar al sustituto adecuado que pueda proporcionar la misma durabilidad, resistencia y calidad que los plásticos derivados del petróleo.

Tras esta exhaustiva búsqueda, Lego se ha decidido por un plástico sostenible proveniente de fuentes como aceite de cocina usado o grasas residuales de la industria alimentaria. Estos residuos son los mismos que se utilizan, por ejemplo, para la producción de biodiésel para el transporte donde ofrecen mayor rentabilidad por tratarse de un sector subvencionado de la economía.

Es por eso que la mayor diferencia entre el plástico fósil y el sostenible tiene que ver con el precio. Según la empresa petrolera Neste, el mayor productor mundial de materias primas renovables, las opciones sostenibles pueden costar hasta 3 veces más que su contraparte contaminante. Pero aunque el costo de producción se incrementará en hasta un 70%, Christiansen ha asegurado que la compañía no aumentará los precios de sus juguetes. 

Un ejemplo para otras empresas 

Lego no es la única empresa del sector juguetes que ha cedido a la presión por adoptar prácticas más sostenibles. Compañías rivales como Hasbro y Mattel también han comenzado a incorporar plásticos reciclados o de origen vegetal en algunos de sus productos. Sin embargo, solo Lego y Mattel han establecido plazos claros para eliminar por completo los plásticos fósiles de su producción.

Mattel anunció que todos sus juguetes estarán hechos de plásticos reciclables, reciclados o de origen biológico antes de 2030. Mientras que Lego espera que más de la mitad de la resina que utiliza en sus bloques esté certificada por el método de balance de masa para el año 2026. Este método garantiza la trazabilidad de los materiales sostenibles en la cadena de suministro.

Lamentablemente, la industria petroquímica sigue invirtiendo en la producción de plásticos fósiles y se estima que la demanda continuará aumentando en los próximos años. Pero las regulaciones ambientales y el peso de las críticas de los consumidores han logrado que estos monstruos de la industria cambien su forma de manejarse para cuidar el planeta. El camino será arduo, pero acciones como la de Lego demuestran que aún es posible.