
En el sur de Argentina, el incendio que devastó la localidad de Epuyén ha sido confirmado como intencional. El fuego afectó más de 3600 hectáreas de bosques y pastizales, además de destruir 76 viviendas. Las investigaciones realizadas por la Policía Federal y los Bomberos han arrojado información clave sobre el origen del incendio y los responsables de este ataque al medioambiente y a las comunidades locales.
A través de un exhaustivo informe elaborado por la División Investigación de Siniestros de la Superintendencia Federal de Bomberos, se pudo identificar el origen del fuego y las sustancias utilizadas para acelerarlo. Según los peritajes, el incendio comenzó en la parte trasera de la Escuela N°9 Mariano Moreno, y la presencia de nafta en el lugar fue clave para confirmar que el fuego fue provocado. Esta evidencia refuerza la hipótesis de que se trató de un incendio intencional, lo que aumenta la gravedad del evento.
La devastación fue masiva: el incendio afectó principalmente bosque nativo, pero también arrasó con bosques implantados, arbustales y pastizales. La vegetación fue severamente dañada, incluyendo la carbonización de árboles y el daño a la flora en varias capas, desde el follaje superficial hasta las copas de los árboles. La magnitud del daño ecológico es alarmante y resalta la urgencia de medidas preventivas más estrictas para evitar tragedias de esta índole en el futuro.
Repercusiones políticas y sociales del incendio en Epuyén
El incendio de Epuyén no solo dejó una huella profunda en el medioambiente, sino que también generó fuertes repercusiones políticas y sociales. El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, denunció públicamente lo que calificó como una escalada de ataques a la Cordillera, haciendo referencia a la creciente cantidad de incendios provocados intencionalmente en la región. Durante una visita a las zonas afectadas, Torres subrayó la necesidad de llevar a los responsables ante la justicia, asegurando que «los delincuentes que incendian nuestra Cordillera van a terminar todos presos».
Las autoridades locales también informaron sobre intentos adicionales de iniciar incendios en la misma zona, lo que subraya la persistencia de estos ataques. En uno de los casos recientes, se captaron imágenes de individuos tratando de iniciar un incendio en otra área de la región, utilizando técnicas similares a las de los ataques previos. Este tipo de delitos no solo afecta a las comunidades, sino que también pone en riesgo la biodiversidad y la infraestructura local.
Cooperación interprovincial en la lucha contra los incendios
El grave impacto de los incendios en Epuyén y otras localidades cercanas, como El Bolsón, llevó a los gobernadores de la región a trabajar de manera conjunta. El gobernador Torres y su homólogo de Río Negro, Alberto Weretilneck, se reunieron para coordinar acciones ante la emergencia. El principal objetivo es establecer un protocolo común de combate de incendios que involucre recursos humanos y maquinaria de ambas provincias, con el fin de mitigar la propagación de las llamas y minimizar los daños a largo plazo.
Además, se discutió la inclusión de la provincia de Neuquén en el plan estratégico, para crear un frente común ante la amenaza de los incendios. Esta colaboración busca hacer frente a lo que Torres describió como incendios de quinta generación, caracterizados por la presencia de múltiples focos simultáneos, lo que hace aún más difícil su control. Las condiciones climáticas actuales, con vientos fuertes y temperaturas elevadas, agravan la situación, complicando aún más las tareas de extinción.
El desastre no solo resalta la necesidad de una respuesta coordinada entre provincias, sino también la urgencia de mejorar las estrategias de prevención y protección del medioambiente. Las políticas de prevención de incendios deben ser reforzadas, y las sanciones para quienes inician incendios de manera deliberada deben ser más severas, con el objetivo de frenar esta ola de criminalidad ambiental.