
La lucha contra la contaminación por plásticos ha dado un paso significativo con el respaldo de 67 países al tratado global contra esta problemática. Durante una reunión en Busan, Corea del Sur, estos países han abogado por un acuerdo internacional vinculante que permita erradicar la contaminación por plásticos para el año 2040. En este contexto, la denominada Coalición Ambiciosa para Terminar con la Contaminación Plástica busca liderar los esfuerzos globales en este desafío.
La coalición internacional y su compromiso
La Coalición Ambiciosa, compuesta por estados miembros de la Unión Europea y otros países como Reino Unido, México, Japón y Australia, entre otros, representa tanto a grandes productores como consumidores de plásticos. Estos países han manifestado en una declaración interministerial su compromiso de proteger la salud humana y el medio ambiente frente a los efectos adversos de los plásticos. Además, han destacado la necesidad de un tratado que aborde todo el ciclo de vida de estos materiales.
El panel de negociaciones, creado en 2022 bajo una resolución de Naciones Unidas, tiene el mandato de desarrollar un instrumento legalmente vinculante contra la contaminación plástica. Este esfuerzo se enmarca dentro de un compromiso global para poner fin a esta problemática antes de 2040. Aunque esta sesión en Busan marca el cierre de las discusiones, los países integrantes insisten en la urgencia de lograr un acuerdo ambicioso y efectivo.

Divergencias entre coaliciones
Las negociaciones han enfrentado obstáculos debido a las posiciones divergentes entre dos coaliciones principales. Por un lado, la Coalición Ambiciosa promueve la limitación de la producción de polímeros primarios, sustancias derivadas del petróleo utilizadas en la fabricación de plásticos de un solo uso. Por otro lado, la Coalición Global para la Sostenibilidad de los Plásticos, liderada por Arabia Saudita y otros grandes productores de petróleo, prioriza la gestión de residuos y el reciclaje, evitando restricciones sobre la producción de polímeros.
Esta coalición también cuenta con el respaldo informal de países como Brasil e India, lo que aumenta las tensiones en las negociaciones. La falta de consenso sobre este tema ha dificultado el progreso hacia un acuerdo que satisfaga las expectativas globales.
Impacto de la contaminación plástica
Según la OCDE, la generación de residuos plásticos a nivel mundial casi se ha triplicado en los últimos 20 años, alcanzando los 353 millones de toneladas en 2019. De este total, solo el 9 % fue reciclado, mientras que el 69 % terminó en vertederos o incineradoras reguladas, y el 22 % fue desechado sin ningún control. Este manejo inadecuado de los residuos plásticos tiene consecuencias graves para los ecosistemas y la salud humana.
Además, la producción de plásticos contribuye a más del 5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, una cifra que podría duplicarse para 2050. La ONU estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de plásticos ingresan anualmente a los ecosistemas acuáticos, generando una crisis ambiental de proporciones alarmantes.

Acción global
Los países que apoyan el tratado instan al resto de las naciones participantes en el Comité Intergubernamental a redoblar sus esfuerzos para cumplir con las expectativas globales. Argumentan que solo un tratado integral y vinculante podrá abordar de manera efectiva el ciclo completo de los plásticos, desde su producción hasta su eliminación.
La comunidad internacional enfrenta un desafío sin precedentes para equilibrar intereses económicos y ambientales. Las próximas decisiones serán cruciales para determinar si se podrá alcanzar la meta de erradicar la contaminación por plásticos y mitigar su impacto en el planeta.
Horizonte 2040
El objetivo de erradicar la contaminación plástica para 2040 requiere un compromiso colectivo y acciones concretas, tal cual han señalado históricamente las organizaciones ambientalistas del mundo, como Greenpeace. La sesión en Busan es una oportunidad única para establecer un marco internacional que permita abordar esta crisis. La resolución final será determinante para el futuro de los ecosistemas y la salud global, marcando un antes y un después en la lucha contra la contaminación plástica.